Locales | 06 Jun El ex Colegio Don Bosco tendrá que esperar. El Palacio de los Deportes, como se denominó al edificio luego de que la Intendencia tomara posesión de las instalaciones tras desalojar a sus ocupantes hace varios años, quedó en el olvido: la Intendencia tomó la decisión de frenar el inicio de la segunda parte de las obras tras conocerse el resultado de las elecciones.
Más allá de que fuentes de la Intendencia indican que no era justo dejarle a la nueva administración una obra encaminada ya que deberá ella definir qué se hará respecto al ex Colegio Don Bosco, lo cierto es que está vigente el convenio con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas y que las monstruosas instalaciones han mostrado muy pocas mejorías a lo largo de estos años.
Un poco de historia
Apenas conocido el resultado de las elecciones departamentales anteriores, el designado director de Deportes, Ruben Peña, anunció el gran proyecto que se pondría en marcha en las instalaciones del ex Colegio Don Bosco. La creación de Palacio de los Deportes (nombre que fue ratificado años después mediante una votación pública), que incluiría sala de conferencias, alojamientos para deportistas y delegaciones, el funcionamiento de las Ligas de los deportes que no tenían sede propia, y hasta la creación de un Museo de los Deportes.
El faraónico proyecto fue, prácticamente, el caballito de batalla de la Secretaría de Deportes y la Intendencia toda en cuanto a la faz deportiva de la administración.
Lo cierto es que, tras la firma de un convenio con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, las obras fueron demorando demasiado en iniciarse y, tras una pequeña lavada de cara de las instalaciones, algunas de las habitaciones del inmenso complejo comenzaron a funcionar ya sea para clases del Instituto Superior de Educación Física e incluso de una frustrada Confederación Deportiva de Paysandú (Codepay), integrada por gente vinculada al deporte sanducero que tenía como objetivo conseguir recursos y volcarlos a los deportistas.
Peña finalmente pasó a la secretaría del intendente, y asumió funciones Daniel Firpo como secretario de Deportes. Pero el proyecto continuaba en el olvido, hasta que el propio Firpo admitió a EL TELEGRAFO que, por parte de la Dirección de Promoción y Desarrollo, de la que depende la Secretaría de Deportes, nunca existió tal proyecto para el ex Colegio Don Bosco. Firpo luego dejaría su puesto por motivos personales y asumiría Alfredo Gazzano. Lo cierto es que el Palacio de los Deportes, anunciado con bombos y platillos, está ahí; a la espera de ser rescatado. Tras el convenio con el Ministerio las únicas obras que se han realizado son en el cielo del edificio, es decir en la azotea, los desagües y poco más. Aunque, justo es decirlo, uno de los aspectos más preocupantes de las instalaciones, y enmarcado en la primera etapa de las obras según establecía el cronograma de la remodelación y del convenio con el Ministerio.
“No hubo avance ninguno”
Fuentes de la Intendencia aseguraron que en el Palacio de los Deportes “no hubo avance ninguno”, más allá de que en su momento se coordinó “con los curas el cambio de los espacios físicos”, ya que ellos “querían el salón grande de abajo” y a cambio permitían la utilización de parte del ala superior contigua, donde están ubicados los dormitorios en suite.
“Estaba el dinero porque había quedado del préstamo original del Ministerio, pero solo se arregló la azotea, los desagües, las cámaras y el tanque” de agua, pero fue un trabajo –en tiempo y dinero—mucho más modesto del que se esperaba inicialmente.
Pero hace un par de semanas “se decidió no seguir con las obras” y, según se explicó, “si hay interés del nuevo gobierno departamental las seguirán”.
El comodato original con la curia “venció el 5 de abril”, habiéndose establecido entre las partes que en cuanto se terminara la primera parte de las obras “se firmaba la extensión del comodato”, para la utilización de las citadas habitaciones en el ala contigua. Además, debía estar lista “la planta baja, la fachada, y cambiar la disposición de infraestructura que cambió respecto al comodato original para que, a ese salón que pidieron los curas, pudiera ir a vivir una familia”.
“Lo grande se había hecho, pero todavía quedan muchas cosas por hacer”, agregaron los consultados sobre la actual situación del ex Colegio Don Bosco, señalando además que “quedará colgada la segunda parte de las obras previstas”.