Opinion | 11 Jun Hoy “comienza a rodar la pelota” como gustan decir y repetir los periodistas deportivos. El mundial de fútbol de Sudáfrica y especialmente la participación de Uruguay en dicha instancia ocupa el primer lugar en el temario de cualquier charla, ya sea entre compañeros de trabajo, familiares o incluso en la cola del supermercado, el cajero o la tienda. Para mañana la mayoría de los lugares de trabajo y estudio en todo el país han dispuesto flexibilizaciones para facilitar que pueda seguirse en directo el partido debut del equipo que representa a Uruguay en dicho campeonato mundial.
Por ejemplo las oficinas del Banco República atenderán de 9 a 14 debido al partido ante Francia hoy viernes y la Cámara de Representantes adelantará una de sus sesiones por el mismo motivo. En otras oficinas públicas y privadas se instalarán pantallas para que se pueda ver en el propio sitio de trabajo y muchos lugares públicos –como en Paysandú el Paseo del Mercado-- tendrán pantallas para ver colectivamente el partido.
Es deseable que el entusiasmo se vea colmado con una victoria, pero es aún más importante procurar que independientemente del resultado no se afecten las relaciones amistosas con otros países participantes. Que la catarata de deseos de éxito y confianza hoy dirigida a la selección celeste como causa nacional patriótica sirva para motivarnos en otros aspectos de la vida nacional y departamental, que tanto lo necesitan. Y fundamentalmente que reine la armonía, sea cual sea el resultado de la participación de este grupo de hombres que representan deportivamente a nuestra nación.