Paysandú, Martes 15 de Junio de 2010

NADIE ES PERFECTO

Y el cielo sigue siendo de un solo color: celeste corazón

Locales | 13 Jun (Por Enrique Julio Sanchez, desde Estados Unidos). “Es la Guerra” tituló el New York Post. “Los Chaquetas Rojas llegan a las 14.30”, agregó. “Son historia”, fue en tanto el titular del New York Daily News. “Como en los viejos tiempos, Estados Unidos espera darle una lección a los británicos”, agregó. En tanto, diarios como The New York Times, The Financial Times y The Wall Street Journal prefirieron publicar fotos de espectadores en sus portadas. Pero todos reflejaron de alguna manera u otra el comienzo del Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010, lo que no deja de llamar la atención en un país donde el soccer, como le llaman aquí a nuestro fútbol es un deporte secundario. Obviamente, pusieron especial énfasis en el choque entre gringos y británicos que terminaría empatado a uno, pero de todas formas reflejaron lo ocurrido con los otros equipos en los primeros encuentros disputados en Sudáfrica.
Pero ese carácter secundario del soccer sí se vio reflejado en que el comienzo del Mundial no afectó en modo alguno la vida habitual, al menos en el Este de Estados Unidos. Es que si bien hay millones de estadounidenses que son fanáticos del soccer, la inmensa mayoría ni siquiera sabe las reglas. Del mismo modo que ocurre con los latinos que hemos llegado a este país, especialmente desde Sudamérica, que no entendemos ni el béisbol ni el fútbol americano.
Así, el viernes amaneció como un día como cualquier otro, con las carreteras y autopistas repletas de vehículos, cada cual rumbo a sus obligaciones habituales, sin banderas, sin nervios, sin tener en mente que allá en el continente africano estaba dando comienzo el mes del deporte rey, excepto claro en Estados Unidos.
Entre los latinos, por ejemplo en mi vecindario, pudo apreciarse que los únicos que no habían ido a trabajar eran mexicanos que se preparaban para seguir las incidencias del encuentro con Sudáfrica. Los uruguayos, un puñadito entre las comunidades inmigrantes, debíamos esperar hasta la tarde para ver a la Celeste enfrentarse a Francia.
En mi caso me levanté cerca del mediodía, fui a buscar algo para almorzar, me di una ducha, me puse la camiseta de Uruguay que me había llegado desde Miami el día anterior, y me encerré en el cuarto de la pensión donde vivo, para ver en el viejo televisor 15” (algo es algo), la transmisión de Univisión que emite en señal abierta todos los partidos del Mundial.
Finalmente, llegó el momento, la Celeste corazón ganó la pantalla y la emoción atenazó el corazón. Como la de muchos otros uruguayos, la mayoría en el paisito y el resto desparramados por el orbe. Incluso por esta zona, seguramente muchos uruguayos pudieron reunirse en grupos para seguir el partido. Otros, en cambio, tuvieron que trabajar --como el caso de Eduardo Marcovich y su esposa Mabel-- aunque ellos de todas maneras se las ingeniaron, siguiendo por la computadora el partido.
Que Forlán casi, que los galos pegaban como antaño a los yoruguas, que el japo no era justo, que el sanducero estuvo poco en la cancha, que la garra charrúa, limpiamente y a puro corazón cerró el arco en los minutos finales. La pobre camiseta, flamante, terminó toda transpirada. Pero, aunque cascoteada, la ilusión se mantuvo intacta y está lista para el segundo round, el miércoles.
Más allá que en Estados Unidos y otros países el Mundial casi pasa desapercibido, aunque probablemente gane popularidad tras el empate de la selección gringa con su eterno rival, Inglaterra, indudablemente es la gran fiesta del deporte Mundial. La que genera más dinero también, como bien lo saben las multinacionales Sony y Toshiba que aprovecharon este torneo para el lanzamiento de la tecnología 3D aplicada a la televisión y las computadoras portátiles. La Sony presentó una “formación inicial” de siete modelos, el más grande de 60 pulgadas, con un costo de 5.000 dólares. La buena noticia es que ese precio incluye los lentes 3D y un transmisor, necesario para sincronizar la imagen 3D. La Toshiba, en tanto, presentó la portátil Satellite A665 Edición 3D, que estará disponible en América Latina el próximo julio, a unos 2.740 dólares. Será cuestión de ir ahorrando pues.
En lo que no hay ahorro es en emociones fuertes. Los fanáticos de 32 escuadras nacionales estamos pendientes de lo que ocurre en Sudáfrica, de los partidos que en apenas 90 minutos determinan clasificaciones tanto como confirman apresurados vuelos de retorno. Uruguay, enseña querida, volvió al escenario mundial, que había abandonado desde 2002. Su retorno fue similar al de aquella oportunidad, empatando a cero con Francia. Ojalá que no termine igual. Que vuele alto, que juegue en ese cielo de un solo color, que reciba el brillo de ese Sol, que explote en la blancura del triunfo. La historia todavía está por escribirse. Que no decaiga el optimismo. Que no.


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