Paysandú, Martes 15 de Junio de 2010
Opinion | 13 Jun Contra el trabajo infantil
Cuando la Copa Mundial de Fútbol acaba de comenzar en Sudáfrica, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) conmemoró este sábado el Día Mundial contra el trabajo infantil con un llamado urgente para “marcar un gol” y erradicar las peores formas de trabajo infantil para 2016.
“Al mismo tiempo que millones de personas disfrutan de la Copa Mundial de Fútbol, hay unos 215 millones de niños que deben trabajar para sobrevivir. La educación y los juegos son lujos para ellos. Se ha vuelto más lento el avance en la eliminación del trabajo infantil y no vamos camino a erradicar las peores formas en 2016. Necesitamos recuperar la velocidad. Ojalá el campeonato mundial sirva de inspiración y podamos enfrentar este desafío con la energía, las políticas y el compromiso que se requieren para alcanzar las metas”, dijo el director general de la OIT, Juan Somavia.
Hace un mes, más de 450 delegados provenientes de 80 países se reunieron en una conferencia en La Haya, convocada por los Países Bajos, para aprobar una “hoja de ruta” que permita avanzar más rápido hacia el objetivo de eliminar las peores formas de trabajo infantil para 2016 que, según un reciente informe, sería algo muy difícil de alcanzar.
Si bien existen actividades que los niños y adolescentes realizan adecuadas a su edad y se consideran positivas para la integración de responsabilidades para la cooperación con los demás, existen otras tareas que perturban su desarrollo, impiden la formación y los exponen a situaciones de riesgo o explotación: eso se llama trabajo infantil.
El trabajo infantil existe en Uruguay a pesar que el artículo 162 del Código de la Niñez y Adolescencia prohíbe el trabajo realizado por personas menores de 15 años. Involucra formas terribles como la esclavitud, la venta y trata de niños y la explotación sexual, pero también otras no siempre visibles como la utilización de menores para cometer ilícitos y otras que por cotidianas no dejan de ser preocupantes, como la recolección de basura por carros guiados por niños o el trabajo rural.
El trabajo disminuye el rendimiento escolar o provoca deserción, eleva los riesgos de sufrir lesiones o enfermedades perjudicando el desarrollo de los niños. Pero no es solo por eso que en la infancia no se debería trabajar en determinadas tareas: el mundo del trabajo es un mundo adulto con exigencias físicas y mentales desmedidas para los niños que, por otra parte, tienen derechos específicos referidos a la educación, la recreación y el juego. Por eso, redoblemos el esfuerzo para sacarle una definitiva tarjeta roja al trabajo infantil.
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