En los festejos de Paysandú ciudad

Locales | 15 Jun En los festejos por el 147º aniversario de Paysandú ciudad, alumnos del liceo Nº1 recibieron a José Rivero quien brindó una charla sobre la historia de Paysandú como villa y como ciudad.
El 8 de junio de 1963 el entonces Presidente de la República Bernardo Berro firmaba el decreto sancionado por la Asamblea General por el cual se elevaba a la villa de Paysandú, a la categoría de ciudad en reconocimiento a sus méritos.
Al respecto, el disertante, quien en este momento está al frente del archivo de la parroquia del Colegio del Rosario, trabajando en la organización del material que recoge gran parte de la historia de Paysandú, expresó que “Paysandú alcanzó la categoría de ciudad, gracias al empeño del Coronel Basilio Pinilla quien fuera Jefe Político de Paysandú entre 1833 y 1834 y entre 1857 y 1864. Si Paysandú es ciudad se debe a que Pinilla hizo todo lo que hizo, él puso todos los méritos. A ese Paysandú ciudad había que conquistarlo y tenía mejoras que obligaban a que el gobierno le concediera el título de ciudad”.
Rivero recordó y destacó la obra de aquel hombre fernandino que conquistó a los sanduceros. “Bajo la gestión del Coronel Pinilla como Jefe Político de Paysandú, se le encargó al Maestro de Obras F. Poncini la construcción del Monumento a la Libertad destruido en 1859, la Capilla del Cementerio Viejo --hoy Monumento a Perpetuidad--, la Jefatura de Policía y la Iglesia Parroquial --actual Basílica Nuestra Señora del Rosario y San Benito de Palermo--”.
También durante su cargo se crearon el “Hospital de la Caridad, el Teatro Progreso --hoy teatro Florencio Sánchez--, el primer muelle en el puerto, los Pasos de las Piedras, del Queguay y del Pantanoso, trajo ganado fino de Inglaterra así como sorgo azucarado de Buenos Aires y de China, creó escuelas, el empedrado de calle 18 de Julio, arregló el camino que va al Cementerio Viejo, cambió el alumbrado público que hasta entonces era a base de grasa de potro --él lo cambió por faroles a queroseno”, recordó Rivero.
Pinilla nació en el año 1800 y a los 24 años de edad fue nombrado Juez de Paz en Buenos Aires. Más tarde se trasladó a Paysandú siendo nombrado Jefe Político en 1833, función que cumplió hasta 1834 cuando fue designado diputado. Luego se retiró a la República Argentina donde crió a sus dos hijos durante su viudez.
A su retorno, en 1857, por abandono del titular Manuel Freire y tras el breve interinato de Emilio Raña, se lo volvió a designar como Jefe Político de Paysandú cargo que ocupó hasta el día de su muerte, el 11 de noviembre de 1864.
“Fue un gobernante que conquistó a un pueblo dividido entre blancos y colorados donde hasta se negaba el saludo. Esa separación que Pinilla mantuvo con el Uruguay por unos cuanto años, hizo que no estuviera tan involucrado en las guerras de nuestro país. Precisamente el hecho de que fuera equidistante, respecto a su relación con los caudillos Rivera y Oribe, hizo que la gente lo aceptara con mayor facilidad y que su impulso fuera acompañado por el pueblo”, reflexionó el estudioso.
“Yo diría que no hay otro personaje en la historia de Paysandú, desde el punto de vista político, más grande que Pinilla y Paysandú le debe un homenaje. En su momento lo hizo porque el Hospital de Caridad --ubicado donde hoy es UTU-- que él creó se llamó Hospital Pinilla y nombraron Pinilla a una calle cercana al puerto, pero entonces el puerto era el puerto”, reivindicó el hombre. Y reiteró “yo creo que Paysandú le debe verdaderamente un homenaje importante a este hombre”.
En sus últimos días de vida, el periodista argentino Rafael Hernández en el diario argentino “La reforma pacífica” escribió: “El coronel Pinilla es generalmente querido como individuo particular, respetado como ciudadano y justamente apreciado como magistrado. Todo el adelanto que se nota en el pueblo de Paysandú es obra exclusiva del señor Pinilla. Excelente administrador de los caudales públicos, de una probidad intachable, tan adelantado, progresista e infatigable como buen patriota. El pueblo de Paysandú le debe todo a su genio y es creencia unánime que su partida es irreparable pues parece imposible hallar otro hombre que reúna las condiciones especiales del Coronel Pinilla para un puesto semejante”.