También cuestionó proyecciones climáticas de UTE

Locales | 14 Jun La proyección de un jerarca de UTE respecto a que la generación hidroeléctrica estaría asegurada en nuestro país hasta fines del presente año fue cuestionada por el meteorólogo Diego Vázquez Melo, quien advirtió que de cumplirse las previsiones de los observatorios climáticos en cuanto a la llegada de “La Niña” en la próxima primavera, los meses de octubre y noviembre serían “más cálidos y menos lluviosos de lo normal”.
En este sentido, el especialista emitió una “señal de alerta” ante la posibilidad de registrarse deficiencias de agua en el suelo, reducción de la cantidad de forrajes, deterioro de las aguadas superficiales y reducción significativa de la capacidad de generación eléctrica de la represa de Salto Grande.
“La región sudeste de Sudamérica -que incluye al Uruguay- se caracteriza por una gran variabilidad climática. Por dicha razón y, en general, no es recomendable realizar proyecciones climáticas más allá de tres meses.
Si las proyecciones climáticas se realizan para períodos mayores, no se basarían entonces sobre diagnósticos climáticos apropiados sino sobre proyecciones de variables oceánicas u atmosféricas para determinadas regiones de interés. En tal caso -proyecciones basadas sobre proyecciones- implicarían mayores niveles de riesgo e incertidumbre”, advirtió el experto a EL TELEGRAFO. Dijo que en dicho contexto, “llamaron la atención las recientes declaraciones públicas de un jerarca de UTE, en el sentido que la generación hidroeléctrica estaría asegurada en nuestro país hasta fin del presente año. ¿Qué fuente facilitó a la UTE la proyección climática que asegura tal comportamiento de las represas en el Uruguay? No puede ignorarse que en el pasado, en varias oportunidades, las conclusiones ‘oficiales y estratégicas’ de la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica (NOAA, por su sigla en inglés) que luego hicieron suyas los grupos de tendencia climática nacionales y los Foros Regionales de Perspectivas Climáticas, así como las proyecciones probabilísticas del IRI han revelado significativas inconsistencias (incluyendo cambios abruptos de opinión en el transcurso de un mismo mes, como ocurrió en diciembre de 2008). Tampoco hay que olvidar el lamentable rol cumplido por los grupos de “necroanalistas climáticos” (grandes consumidores de recursos de la sociedad), que no opinan ni antes ni durante el desarrollo de procesos climáticos adversos, sino que lo hacen mucho tiempo después, cuando casi nada hay para hacer”.
Teniendo en cuenta lo antes indicado, Vázquez Melo dijo que entiende oportuno “asumir riesgos y dejar constancia que la evolución constatada y prevista de varias variables oceánicas y atmosféricas en la región del Pacífico ecuatorial señalaría una mayor probabilidad del desarrollo de una fase fría leve a moderada del ENSO (El Niño-Oscilación Sur) o “La Niña”, durante la primavera climática de 2010 (trimestre setiembre-octubre-noviembre de 2010)”.
ADVERTENCIA
“De cumplirse tal proyección, y de persistir las actuales anomalías positivas superficiales en el océano Atlántico (Norte y Sur), sería altamente probable que aproximadamente durante la segunda mitad de la próxima primavera se verifiquen en el Uruguay (con énfasis al Norte del río Negro) mayores amplitudes térmicas diarias; mayor poder desecante del aire; deficiencias de agua en los suelos más tempranas, intensas y generalizadas; una rápida reducción de la cantidad y calidad del forraje en pie; un rápido deterioro de las aguadas superficiales destinadas para consumo humano, abrevadero de ganado y/o riego; un incremento prematuro de la inflamabilidad de los materiales forestales y una reducción significativa de la capacidad de generación eléctrica de la Represa de Salto Grande.
Ello sería la consecuencia, en particular, de un bimestre octubre-noviembre de 2010 significativamente más cálido y menos lluvioso que lo normal”.
Finalmente, sostuvo que este anuncio climático y sus potenciales impactos en Uruguay constituyen una “señal de alerta” o una “luz amarilla” que asume a título personal y dirige a los usuarios de las predicciones climáticas, a fin de que sigan de cerca los acontecimientos y adopten las medidas del caso.