Paysandú, Miércoles 23 de Junio de 2010
Rurales | 21 Jun El productor de la zona de Tambores, Ricardo Pereda, sostuvo que “para que las ovejas produzcan aceptablemente no es necesario tomar riesgos ni ser muy innovador, sólo basta con hacer lo que ya se sabe que funciona, que está aprobado por la investigación u otros productores”.
Tales conceptos fueron vertidos por el administrador del establecimiento “El Chapadón”, en oportunidad del seminario “Buenos tiempos para el negocio ovino”, promovido por el Plan Estratégico Nacional para el sector.
Dijo que “no hay un único camino a seguir”, porque en función de los recursos disponibles –ya fuera en materia de productividad de los suelos como de material humano--, se determinará “que se puede hacer con las ovejas y lo que no es posible hacer”.
Pero el hecho concreto es que en un campo con índice Coneat 55, con una base forrajera de campo natural y apenas 10% de coberturas con leguminosas y aplicación de fósforo, en el año 2009 la empresa facturó U$S 64 por cordero (U$S 50 del rubro carne y U$S 14 de lana).
El Chapadón es un predio familiar de 2.040 hectáreas, con suelos sobre basalto con predominancia de superficiales de baja producción de materia seca, muy susceptibles a déficit hídrico. La empresa está integrada al grupo CREA Paso del Parque desde hace cinco años y es manejado, además de por su administrador, por otras tres personas. Allí se realiza ciclo completo abierto de vacunos con compra de terneros, desarrollándose un sistema de cruzamientos de razas británicas con Nelore y Limousin. Se venden los novillos para encierre y vacas y vaquillonas gordas. También se hace ciclo completo de ovinos con razas doble propósito, que generan ingresos por venta de lana, corderos pesados y ovejas gordas.
La carga es de 0,64 Unidad Ganadera por hectárea, la cual surge de UG 0,46 vacunas y UG 0,17 ovinas, siendo la relación ovinos/vacunos de 1,9. Con esta dotación se logra una producción de 73.4 kilos de carne vacuna; 18,2 kilos de carne ovina y 4,4 kilos de lana, con una señalada de 90% y extracción de 40%. “Esta relación de carga se adapta a la producción de pasto”, precisó Pereda.
Estableció que con una oveja por hectárea el establecimiento convivía con los problemas tradicionales que surgen en este tipo de suelos de baja productividad.
cambios
Actualmente también se desarrolla un proceso de cambio de Corriedale a Merino Dohne, con el fin de bajar la finura de los vellones, realizándose la medición de diámetro de todas las recrías. Como resultado de esa decisión, en la zafra 2009 se registró un diámetro ponderado de 23,3 micras que revela un avance importante y en escaso tiempo, teniendo en cuenta que en 2006 el diámetro de la majada era de 30,3 micras.
Con ese sistema de producción, el producto bruto del establecimiento fue de U$S 93.4/ha., que corresponden a U$S 72 del rubro carne vacuna, U$S 12,3 de carne ovina y U$S 9,1 por concepto de lana.
El producto bruto por unidad ganadera fue de U$S 126 en ovinos (relación lana/carne ha sido 42% y 58%) y U$S 159 por Unidad Ganadera en vacunos.
Estas cifras corresponden al promedio de los últimos cinco ejercicios, con 2009/2010 estimado.
Razones
Al analizar las razones agronómicas por las que consideró que las ovejas tienen lugar en el establecimiento, Pereda valoró el buen desempeño de la especie en este tipo de suelos; la complementariedad en la utilización de pasturas; el aporte de las ovejas para reducir el enmalezamiento (especialmente senecio y carqueja) además del mejor desempeño de los ovinos ante situaciones de sequía.
En lo que refiere a los aspectos económicos, puso de relieve la disminución de riesgos por mayor diversificación de los ingresos y la complementariedad con el rubro vacuno. “Seguramente los ingresos de los dos rubros en forma conjunta sean mayores que cada uno por separado”, expresó.
En “El Chapadón”, según establece el informe de Negocios Ganaderos, la mitad del stock ovino es majada de cría, haciéndose la encarnerada en abril; se esquila preparto, se hace ecografía y se les presta un cuidado especial a las ovejas con preñez de mellizos.
En lo que refiere a sanidad, se efectúan los controles de enfermedades podales y lombritest para desarrollar un adecuado manejo de las tomas. También se realiza una planificación y reserva de potreros para destete y parición. En materia genética y en el proceso de cambio de Corriedale a Merino Dohne, se compran carneros con buenos datos de mérito, realizándose también inseminación, haciéndose registros de peso de cuerpo, de vellón y diámetro de todas las recrías; las hembras de reemplazo surgen de una selección, vendiéndose las demás como cordero pesado.
Futuro
Como un objetivo para el futuro Pereda se planteó lograr con la majada de “El Chapadón”, un balance entre una adecuada señalada (100%), producción de corderos a campo con carcasas de 20 kilos y lana de 20/21 micras. “Lo que hacemos en este establecimiento es una de las opciones. Seguramente haya otras opciones tan válidas como ésta”, concluyó el productor ovejero, indicando finalmente que “el rubro ovino es un buen complemento del vacuno. No tiene sentido contraponerlo o compararlo al vacuno, sino buscarle su lugar para aportar”.
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