Paysandú, Miércoles 23 de Junio de 2010
Rurales | 22 Jun Operadores brasileños entienden que el trigo uruguayo no tiene la calidad exigida, por lo que están comprando partidas de Argentina y Estados Unidos. La medida determina que se registre una traba en los negocios de trigo de nuestro país, estimándose que hay cerca de 800.000 toneladas para vender. Los exportadores uruguayos están preocupados y aunque están a la caza de mercados alternativos para colocar la zafra triguera, los valores que reciben están por debajo de los que hoy está pagando Brasil por trigos argentinos y norteamericanos.
El principal de la empresa Fadisol, Carlos Foderé, sostuvo que “los brasileños están convencidos que el trigo que tiene Uruguay es malo y directamente lo están desestimando”.
El gran desafío es que las empresas uruguayas puedan convencer a los importadores brasileños que están equivocados. “En nuestro caso, tenemos un barco con trigo que es excelente, pero no lo hemos podido vender”, dijo a modo de ejemplo.
A la falta de interés de los brasileños en el trigo uruguayo, que en muchos casos perdió calidad por los problemas generados por el clima, se suma la imposibilidad de poder sacar los barcos desde el puerto de Nueva Palmira por problemas netamente de logística. “El puerto se empieza a descomprimir a partir de julio y ahí se podrá pensar en embarcar”, admitió Foderé a El País.
Consideró que todavía quedan sin venderse cerca de 800.000 toneladas de trigo uruguayo y aseguró que dentro de ese volumen, “queda bastante trigo de buena calidad”.
Meses atrás se hicieron algunos negocios con trigos uruguayos en el mercado brasileño, pero en muchos casos no cumplió con los parámetros de calidad exigidos por este mercado y eso hizo cambiar el concepto de los importadores brasileños, que comenzaron a darle la espalda al cereal uruguayo. “Mercados en el mundo para el trigo existen, el tema es a qué precio se hacen los negocios. No queremos vender por debajo de los precios que hoy paga Brasil”, advirtió el operador.
Toda esta problemática está haciendo prever que, por primera vez en cuatro años o más, el área destinada a este grano caerá en forma importante. Por ahora no hay una estimación oficial del área que se dejará de plantar en esta nueva zafra, pero los operadores de mercado estiman que bajará entre 10% y 20% respecto al año pasado, donde se plantaron arriba de las 500.000 hectáreas. Se superó en 80.000 hectáreas el área del cereal de una zafra a la otra, según datos del Ministerio de Ganadería. Para llegar a un área tan significativa como la que se plantó en la zafra pasada, habría que retrotraerse a 1966, cuando se plantaron 547.000 hectáreas.
“Los números no dan, no hay señales de negocios a futuro por el trigo y eso desestimula a plantar este cereal. En estos tres o cuatro años el área de trigo plantada fue en alza y este sería el primer año en que el área caería”, analizó Foderé.
De todos modos, el trigo es fundamental para el sistema de rotaciones agrícolas que se aplica en Uruguay, donde las rotaciones son fundamentales, no sólo para cuidar el suelo, sino para obtener producciones por hectárea que permitan cubrir los altos costos.
El cultivo de cebada todavía está más limitado a crecer, porque depende de los contratos que las malterías realizan con los productores. Lo que nadie discute es que perderán área ambos cultivos.
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