Paysandú, Jueves 24 de Junio de 2010
Locales | 24 Jun La Dirección de Tránsito cuenta con decibelímetros para controlar los ruidos generados por los caños de escape tanto de motos como de autos. Si bien se cuenta con el equipamiento, estos controles no se pueden realizar al carecer de la ordenanza municipal que regula los niveles de sonido.
Para cada tipo de vehículo hay un nivel sonoro permitido que previamente tiene que estar establecido para poder aplicar la correspondiente multa. Dicha ordenanza no se pudo establecer en este período del legislativo departamental.
El director de Tránsito, Carlos Fábregas, explicó que “no existe una normativa para saber por ejemplo, cuales son los decibeles permitidos para una moto de 125 centímetros cúbicos. Eso aún no está y pienso que va a quedar para una futura administración. Todo lo que son normas tienen que tener la anuencia de la Junta Departamental, la aprobación y las correcciones correspondientes, luego sale un decreto y queda firme en la ordenanza. Ya existe un borrador pero pienso que esto quedará para el próximo período”.
Estos equipos fueron comprados por la Intendencia pero según Fábregas “los tiempos no se acompasaron. Esto proviene de una demanda continua de la gente. Hemos tenido varias reuniones con los vecinos de Plaza Artigas por este tema pero no se llegó a tiempo con la norma”.
El tema de los escapes libres actualmente no tiene una normativa exclusiva, “existe algo muy genérico porque hay una ordenanza de ruidos molestos y hay una mención en la ordenanza de tránsito, pero no da valores. Habla de que debe haber un silenciador en el vehículo pero es todo muy genérico. En Montevideo y Salto ya hay niveles establecidos que son diferentes para un auto, moto o camión. En todo este tema no basta solo con crear la norma sino que procede la implementación y fiscalización. En estos casos la fiscalización es muy delicada, porque por lo general se trata de conductores problemáticos. Una vez que se ponga en práctica será necesaria la presencia policial en los controles, sobre todo en algunos barrios y en horas nocturnas será imprescindible. Muchas veces el inspector se tiene que enfrentar con un conductor problemático que sabe que va haciendo ruido y muchas veces va dispuesto a rebelarse. Yo no digo que todos los conductores sean así y produzcan un incidente, solo que existe esa posibilidad. Hay que prevenir, ya que uno de cada cinco que se intenta detener, puede estar alcoholizado, ser agresivo o ir en barra y el inspector es una persona normal, sin demasiadas posibilidades para un combate, pero va a ser fundamental tener un respaldo policial”, concluyó.
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