Deportes | 24 Jun Oscar Tabárez, técnico de la selección uruguaya, compartió el pensamiento en la conferencia de prensa posterior a la victoria frente a México, que le dio la clasificación a octavos de final a Uruguay, como primero del Grupo A: cualquiera de los cuatro equipos de la serie podía acceder al pasaje, y cualquiera podía quedar por el camino.
Así de parejo era este Grupo A, en el que la Celeste sacó pecho y se quedó con el primer lugar. ¿Sorpresa? Lo es si se tienen en cuenta las últimas participaciones de Uruguay en los Mundiales. Y no lo es tanto si se tiene en cuenta que se está frente a la mejor selección uruguaya de los últimos tiempos, que tiene individualidades importantes, asumido qué es lo que quiere adentro de la cancha, y que conoce cuáles son sus virtudes y, sobre todo, sus defectos.
Así fue como planteó Uruguay los primeros partidos en el Mundial de Sudáfrica. Tuvo en claro que lo fundamental era mantener el cero en el arco, hacerse fuerte defensivamente, sabiendo que tiene material como para poder definir el partido en el arco rival.
Más allá de la idea, nacida en Tabárez después de aquella experiencia al frente de la selección en el Mundial de Italia 1990, el técnico inculcó lo fundamental de mantener un orden táctico, que fue la base de esta clasificación celeste a los octavos de final.
La defensa fue sin dudas el cimiento del equipo, adaptándose sus integrantes en el plantel a las posibilidades planteadas en lo que va del torneo, jugando con tres o cuatro en el fondo, y a veces con cinco futbolistas.
En la mitad de la cancha, Arévalo Ríos y Pérez han desarrollado una excelente tarea, no solo en la contención sino a la hora de jugar la pelota, sabiendo que Uruguay cuenta con la posibilidad de ofender por las bandas.
Y arriba, Forlán ha encontrado gran compañía en un sacrificado Cavani, y actuaciones positivas de Suárez.
Hay con qué esperanzarse, pero el pensamiento es el mismo: Uruguay puede ganarle a cualquiera, pero puede tropezar de la misma manera. Es cuestión de jugar cada partido como si fuera una finalísima. STB