Paysandú, Lunes 28 de Junio de 2010
Rurales | 23 Jun Las encarneradas de otoño son consideradas “un pilar básico del Proyecto de Transferencia Integral”, lanzado oportunamente por el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), al maximizarse en esta época la fertilidad y fecundidad del ovino. En el mismo, se difunde y asiste a los productores en los principales aspectos que hacen al éxito de una buena señalada.
Debido a los bajos índices de señalada a nivel país y dada la importancia que mejoras en este indicador tienen para la empresa ovina, el tema de la mejora de los procreos, o mejora de la eficiencia reproductiva, ha sido abordado con especial énfasis por la institución lanera. En forma elocuente, este proyecto ha contribuido a revertir los magros indicadores reproductivos de nuestras majadas, asistiendo en estos últimos tres años a señaladas promedio superiores al 80%.
Las encarneradas de otoño, permiten una mejor coincidencia entre los mayores requerimientos de la oveja de cría (preparto y lactancia) y la mayor producción de cantidad y calidad de forraje ofrecida por nuestro campo natural (primavera), así como condiciones climáticas menos rigurosas para la parición.
“Son conocidas las desfavorables situaciones climáticas para el ovino, reinantes en los últimos meses. Un verano húmedo que no ha podido disminuir la prevalencia de enfermedades infecciosas y parasitarias, seguido de un otoño particularmente lluvioso y de un invierno sin registrar bajas temperaturas hasta la actual segunda quincena de mayo, determinan la necesidad de extremar las precauciones en el cuidado de la oveja gestante”, manifestó a EL TELEGRAFO, el doctor Adolfo Casaretto.
El profesional agregó que en el fin del invierno y principio de la primavera “transcurre una etapa clave del proceso reproductivo: el preparto (último tercio de la gestación). Este período es fundamental para el logro de buenas señaladas al determinar que un buen estado (condición corporal) de la madre, influya en el peso del cordero al nacer, aspecto éste decisivo para su sobrevivencia.
Esquila Pre-parto
Esta técnica que consiste en la esquila Tally-hi de las madres gestantes un mes antes de que la primera oveja comience a parir, ha demostrado contribuir exitosamente en el logro de mejores índices reproductivos.
El aumento de consumo de alimentos asociados a la post-esquila, sumado a algunos cambios metabólicos, “determinan un mejor estado de la oveja gestante y en definitiva, un mayor peso del cordero al nacer. Este mayor peso del neonato es decisivo en el aumento de su sobrevivencia”, dijo Casaretto.
Asimismo, son conocidos otros beneficios producidos por esta esquila, a saber: mejora en la calidad de la lana (resistencia, color y rendimiento al lavado); mejora en la producción de leche futura de las madres así como una mayor producción de lana en el cordero nacido, a lo largo de toda su vida. Evitar esquilas en fechas tradicionales (setiembre-octubre) con corderos al pie, es otra ventaja adicional.
Al sugerir algunas precauciones a tener en cuenta para el total éxito de esta técnica, Casaretto menciona “llegar con la majada en buen estado al momento de la esquila y mejorar la alimentación con posteridad a la misma”, considerando que “es la forma de maximizar eficientemente los beneficios de la esquila preparto”.
También, precisó sobre la clasificación “por condición corporal y aparte de las de menor condición (menores de 3 puntos), con la finalidad de darles una atención nutricional adicional”.
Entiende importante “ser cuidadosos y exigentes en la fecha de realización de la esquila a efectos de lograr los beneficios comentados y no aumentar los riesgos; elegir máquinas de esquila con reconocido trabajo por el trato con el animal y por la calidad del producto cosechado, evitar ayunos, estrés y encierros prolongados.
Como protección post-esquila, se resaltan además del buen estado del animal, el uso de peines especiales en la tijera de esquila, que dejan un mayor remanente de lana en el animal (peines Cover, R13 u otros). Asimismo el uso de capas protectoras disminuyen sustancialmente los riesgos climáticos”.
Alimentación
Casaretto considera este aspecto “determinante”, al recordar que el 80% del peso del cordero al nacer se desarrolla en los últimos cuarenta días de preñez.
La adecuación de esta instancia con el rebrote primaveral de cada tipo de campo, es fundamental para poder satisfacer las crecientes demandas de la oveja gestante”.
Sostiene que “la reserva previa de potreros de campo natural de buena calidad, o el uso estratégico de mejoramientos, es fundamental. Además, la suplementación con concentrados en este período, es una posibilidad segura y económicamente rentable”.
El técnico del SUL explica que “es aconsejable” atender a la majada con un orden de prioridades.
“Si se ha realizado diagnóstico ecográfico para determinación de carga fetal (más de un feto), es indudable que las ovejas que gestan mellizos deben ser priorizadas, asignándoles en lo posible algún mejoramiento”. Las ovejas flacas --con condición corporal menor a tres--, deberán pastorear potreros reservados a tal fin, de buena calidad. En su defecto, se destinarán a los mejores potreros disponibles.
“Debemos recordar que las borregas de primera parición tienen demandas extras por estar aún en crecimiento. Finalmente las ovejas viejas con desgaste dentario, ingresan al período reproductivo más crítico”.
Manejo
Casaretto destaca la conducta de la oveja pelada en buscar el abrigo, “lo que trae aparejada mejoras en la sobrevivencia de corderos. Por este aspecto, es importante la elección de potreros abrigados en el preparto, para una mejor ganancia de peso de la madre y también en el potrero de parición --si no es el mismo--, para una mayor sobrevivencia de los corderos”.
De colocarse capas se sugiere --aunque no es imprescindible--, retirarlas antes del comienzo de la parición.
“Esta instancia puede ser aprovechada para realizar la palpación de ubres (si no se realizó ecografía), maniobra que permite clasificar la majada en lotes de acuerdo a la proximidad del parto, lo que facilita los cuidados y manejos posteriores. Esta técnica no tiene costo, es de fácil entrenamiento y aplicación así como permite el aparte de los vientres fallados”.
En aquellos establecimientos en los cuales no se haya instrumentado aún la esquila preparto, “deberán realizar una limpieza de la ubre a efectos de favorecer la localización y acceso a la misma por parte del cordero recién nacido”, acota.
Si fuera del caso, “se sugiere reducir en este momento, la población de predatores para disminuir pérdidas en la parición”.
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