Paysandú Interior

Locales | 25 Jun Recientemente nuestro departamento fue centro de importantes hallazgos prehistóricos, que valió la visita de expertos de la Facultad de Ciencias del Uruguay. Si bien el epicentro de los descubrimientos fue en campos de Palmar de Quebracho y Araújo y en cercanías a villa Quebracho, últimamente un vecino de Parada Esperanza encontró en la zona Las Isletas, lo que en principio y de acuerdo a información preliminar obtenida a través de expertos, serían restos fósiles de un animal que habitó estos territorios en la Era de Hielo.
José Aníbal Gallardo (56), es casado y tiene dos hijos varones, trabajó 22 años en la planta de Conaprole de Parada Esperanza, pero tras cerrar la empresa se dedicó a la albañilería. Se define como un curioso y el hallazgo fue casual, cada vez que vuelve a observar la pieza que encontró, no sale de su asombro. Afirma que en breve será visitado por expertos en estos temas de la Facultad de Ciencias de Uruguay y que por ahora lo único que hace es conservar lo encontrado como si se tratara de un pequeño tesoro, que de hecho lo es.
Se han establecido los primeros contactos entre Gallardo y los expertos a través de fotografías y mensajes de texto, y en poco tiempo más lo encontrado será sometido a un estudio por especialistas de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República.
Miguel Cabrera, un veterano de la zona y conocedor de los campos aledaños, estimuló la curiosidad de Gallardo para investigar. “Primero encontré unos huesitos pequeños, luego regresé a los 2 o 3 días y encontré otro de mayor tamaño junto a una barranca. A los pocos días leo un artículo en la revista Quinto Día de EL TELEGRAFO sobre unos restos fósiles hallados cerca de Quebracho y me llamó la atención. Además, lo que yo había encontrado no tenía relación alguna con un hueso de vaca ni de oveja”. Este particular hallazgo ocurrió hace 25 días en los campos de Pablo Ualde, a 5 kilómetros de Esperanza. El objeto estaba incrustado a un par de metros de altura en una barranca que alcanza los 8 metros.
“Lo ví ahí al descubierto. Yo andaba con un gurí y como la cañada que cruza por el lugar es angosta pasamos sin mayores dificultades”. Gallardo agregó que “no fue difícil remover el objeto, porque el terreno de arcilla no presentó resistencia. Yo andaba con una pala chica de mano, además no estaba tan enterrado”.
Posteriormente pudo comunicarse con expertos de la Facultad de Ciencias, quienes según comentan en un mensaje de texto que Gallardo conserva en su celular, se trataría de un resto fósil de la Era de hielo, aunque en breve visitarán la zona para efectuar los estudios pertinentes.
Gallardo indicó que es curioso, un día un sobrino que vive en Miami – Estados Unidos, le obsequió un detector de metales con el que recorre los campos en búsqueda de objetos perdidos. No es un coleccionista, pero siempre le ha llamado la atención las cosas viejas.