Opinion | 30 Jun En Paysandú trabajan numerosas instituciones dedicadas, desde diversos ámbitos, a mejorar las condiciones de vida de las personas con capacidades diferentes. Tanto desde la enseñanza, lo solidario e incluso desde lo laboral, sus integrantes asumen diariamente la difícil tarea de crear conciencia e impulsar, aun en medio de enormes dificultades, las reformas legales necesarias para que este segmento de la población acceda a posibilidades reales de desarrollo e inserción. Lentamente las leyes han ido adecuándose, pero el obstáculo más difícil de sortear sigue siendo la indiferencia de un porcentaje de la población y la evidente falta de planificación de las autoridades al momento de encarar proyectos de infraestructura. Paysandú, a pesar de ser una ciudad con ciertas insinuaciones de accesibilidad urbana, sigue planteando innumerables obstáculos a las personas con discapacidad. Edificios como el Teatro Florencio Sánchez o las instalaciones del único cine en funcionamiento son sitios casi vedados para quienes deben desplazarse en silla de ruedas. Muchas de las rampas de acceso instaladas en la zona céntrica están en mal estado o muchas veces permanecen obstruidas por vehículos, cuyos propietarios evidencian tanta irresponsabilidad como egoísmo. Existe poco criterio al momento de instalar columnas u otro tipo de elementos, convirtiendo la ciudad en una verdadera amenaza para personas no videntes o en una carrera de obstáculos para los minusválidos. En muchos casos solo se trata de abandonar el egoísmo y comprender que Paysandú es de todos y no solamente de quienes, circunstancialmente, no sufren algún tipo de discapacidad. Pero lo más grave es cuando se ejecutan obras públicas sin reparar en conceptos de accesibilidad, condenando a muchos sanduceros a quedar al margen de actividades de diferente índole e incurriendo en un evidente acto de discriminación. A punto de comenzar un nuevo período de gobierno departamental, sería importante introducir definitivamente el tema en cada proyecto y contribuir eficazmente a hacer de nuestra ciudad un lugar de puertas abiertas, para todos sus habitantes.