Opinion | 02 Jul Aunque ha sido muy “conversada” y anunciada la iniciativa de instalar un Instituto de Medicina Altamente Especializada (IMAE) dirigido al área cardiovascular, en Salto, con carácter regional, han pasado los meses y los años y aquello que parecía acordado y hasta inminente ya desde la anterior administración de gobierno, sigue en idas y venidas que dan la pauta de lo difícil que es arrancar al centralismo aunque sea un solo centro de atención de medicina altamente especializada en el Interior.
Las fuerzas vivas salteñas, con apoyo de los centros médicos de departamentos vecinos como Paysandú, habían transmitido esta inquietud en su momento a la ex ministra María Julia Muñoz, quien no fue particularmente receptiva al pedido, sino que por el contrario siempre interpuso reparos, hasta que al final la insistencia de los salteños hizo que derivara el planteo a la Administración de los Seguros de Salud del Estado (ASSE).
La anterior administración incluso había dado el visto bueno a esta iniciativa, pero pocos meses antes de finalizar el mandato, renunció el titular de esta dependencia y la administración entrante dijo que no había ningún estudio o documento que avalara una decisión favorable a esta instalación.
Pese al revés y al manoseo notorio por el centralismo, tanto en los gobiernos de los partidos tradicionales como del Frente Amplio, las fuerzas vivas de Salto siguieron insistiendo en procura de contar con este IMAE regional, y tras el impasse por la transición del gobierno nacional, pese a tratarse del mismo partido, han retomado las gestiones por entender, con toda lógica por cierto, que es preciso contar con este centro cardiológico en el Litoral Norte a efectos de atender los pacientes que residen en las zonas más alejadas de Montevideo y que por lo tanto ven aumentar el riesgo debido a la lejanía con Montevideo, donde está instalado el cien por ciento de los IMAE que funcionan en el país. No hay ministerio, “progresista” o no, que haya cambiado un ápice esta realidad, con o sin sistema integrado de salud, y así en este 2010 el tema ha quedado prácticamente en fojas cero, pese a las promesas y los enunciados de buena voluntad que, como suele acontecer, no han pasado de eso.
Igualmente, la Comisión de Salud de la Junta Departamental de Salto sigue abocada a las gestiones para hacer realidad esta iniciativa y sus integrantes se reunieron en las últimas horas con las autoridades del Fondo Nacional de Recursos (FNR), con relación al proyecto IMAE. Según informaron los integrantes del grupo de trabajo, los directivos del FNR, doctores Enrique Soto y Alvaro Aretche, expusieron su premisa de que se tiene la idea de instalar al norte del río Negro un Centro de Referencia Cardiovascular, lo que no indica que necesariamente que lo que se instale sea un IMAE, aunque puede contar con los mismos procedimientos que un Centro Cardiovascular.
Expusieron los directivos que para decidir el lugar de instalación de un centro de estas características debe tenerse en cuenta la población que se abarca, los aspectos económicos, el manejo de recursos y el punto geográfico de su ubicación, de manera que tenga accesibilidad desde diferentes lugares del norte.
Según el FNR, unos 500 pacientes por año sufren accidentes cardiovasculares al norte del río Negro y deben ser (en los mejores casos) trasladados a Montevideo para ser atendidos, jugando un papel fundamental el tiempo que se tarda hasta que el afectado es atendido con la tecnología adecuada para estos casos de alto riesgo. Pero todo indica que no está muy claro hacia donde quieren llegar las autoridades del Ministerio de Salud Pública, pese a esta disposición transmitida a los salteños, desde que aparentemente su idea no solo se remitirá a que el centro de referencia atienda el corredor del litoral (Artigas, Salto, Paysandú, Río Negro y Soriano), sino que también pretenden incluir a Tacuarembó, Rivera, Treinta y Tres y Cerro Largo, lo que en teoría está muy bien, pero a la vez da la pauta de que ignoran la realidad de las distancias y las comunicaciones en el Interior, desde que no existe un punto común que más o menos promedie distancias y mucho menos aún conexiones viales en buen estado en un país en el que todas las carreteras apuntan hacia Montevideo.
Por lo tanto, si se habla de regionalización, debería irse a por lo menos dos IMAE de este tipo en el norte del río Negro, lo que es perfectamente posible si se deja de mirar el país con una mentalidad eminentemente montevideana y realmente se contemplan las necesidades de un Interior vasto y complejo en su distribución geográfica, en sus redes viales y asimetrías, que es lo que no se ha hecho hasta ahora, simplemente porque no interesa.