Opinion | 29 Jun Las vacaciones de invierno suelen ser un hito importante para la dinamización del turismo interno, es decir, los desplazamientos con fines turísticos de la población que reside en Uruguay. A diferencia de lo que ocurre en otras épocas del año --fundamentalmente en la primavera y el verano-- en las que los visitantes se dispersan debido a una mayor cantidad de ofertas de esparcimiento y recreación al aire libre, en esta ocasión uno de los principales destinos es el litoral termal.
Según recientes informes, las termas de Paysandú y Salto se han “desestacionalizado”, es decir, reciben turistas todo el año. Y precisamente el turismo interno contribuye a mantenerlas activas en forma casi permanente.
Recientemente, el ministro de Turismo, Héctor Lescano, informó que el Ministerio trabaja “fuerte” en “una revalorización del turismo interno en Uruguay”.
La razón es clara: el turismo interno genera una cifra cercana a los 400 millones de dólares anuales, lo que para un país de la escala del nuestro es muy significativo.
Pero el efecto económico y social del turismo admite también otras lecturas y una de las más importantes es la que refiere a la creación de oportunidades y caminos alternativos al desarrollo de las localidades. Por eso, importa la creación de valor a escala local, el reforzamiento de las identidades y la mejora de la calidad de los servicios turísticos.
Esto requiere no sólo de la acción ministerial y del gobierno departamental, sino y fundamentalmente, la articulación entre los diferentes actores públicos y privados para la revalorización del patrimonio y las identidades características de cada lugar y su adecuada interpetación. Además, de la construcción de una agenda de trabajo con objetivos claros por parte de los operadores privados con miras a la mejora de la dinamización económica y la generación de nuevas oportunidades laborales, algo que en Paysandú aún no se ha alcanzado.
Estos propósitos deben ser trabajados pensando no sólo en el turismo internacional o regional, sino también en el turismo interno, que sin dudas será el que llegará primero.
El turismo social que impulsa el Ministerio es una opción pero no puede ser la única, sino que se requiere de la capacidad de innovación y superación del sector público-privado departamental para incorporar nuevas propuestas capaces de atraer más turistas.