Paysandú, Martes 06 de Julio de 2010
Locales | 02 Jul Fue peón y capataz de estancia, nació en Sauce del Queguay Abajo, pero sus andanzas – en busca de un futuro más prometedor y el amor – le marcaron residencia permanente en colonia Las Delicias. Entró en romance con quien hoy es su señora en tiempos en los que el noviazgo tenía días y horarios de visita.
Elbio María Cabillón (75) vivió hasta el año 1959 en Sauce del Queguay Abajo, hasta que por iniciativa propia y en procura de encontrar un mejor destino se fue para colonia Las Delicias.
Siempre trabajó en establecimientos como peón rural. Asegura haber hecho de todo y confiesa que se quedó en colonia Las Delicias porque considera que es un lugar tranquilo y le gustó desde que llegó. Jubilado de peón rural, estuvo vinculado a la actividad del campo durante 35 años. Junto a sus hijos mantiene unos animales para recría en una chacra.
Don Elbio describió parte de lo que fue la colonia: “Acá hubo un cambio muy grande, porque antes vivía mucha gente, pero casi todos se fueron a buscar otras oportunidades, como tal vez lo hice yo, con la diferencia que no me fui para la ciudad”.
“Hay mucha gente nueva, unos se fueron, otros fallecieron y los que ya no están seguramente no van a regresar.
En mi caso, yo me vine en busca de mejores oportunidades y conseguí trabajo en el establecimiento Rincón Chico de Britos Hermanos.
Ahí entré como peón raso, trabajé 2 años y luego me fui. Pasaron 6 meses y el patrón me fue a buscar hasta mi casa en Sauce del Queguay. Recuerdo que esa vez no me encontró porque yo andaba por la zona de Piedras Coloradas en otras actividades rurales. Me dejó una carta en la que decía que quería hablar conmigo. Si yo no podía venir hasta su establecimiento, que buscara un lugar para encontrarnos, porque tenía necesidad de localizarme. Quería saber por qué yo me había retirado sin dar muchas explicaciones.
Fue así que yo le dije que venía hasta Queguay, que ahí nos encontrábamos”.
“Me ofreció para ser encargado de la estancia, porque el capataz que estaba se había ido. Me planteó una buena propuesta y me quedé.
Por ese entonces yo era soltero y tenía 24 años. Fue así que estuve 33 años a cargo del establecimiento y en 1968 contraje matrimonio con María Rosa Méndez (69).
Recuerdo que con ella fue un cruce casual, en lo de doña Juana Stéfani – cerca de aquí – porque ella vivía en la zona y yo andaba buscando a alguien que me lavara la ropa.
Bueno, esas cosas de la vida y después del primer encuentro, quería ver la posibilidad para poder visitarla a la casa. Hasta que se dio la oportunidad. Por lo pronto yo seguía llevando la ropa para el lavado hasta que llegó un día que hablamos y nos pusimos de acuerdo. Pasaron 8 meses y después nos casamos. Nos quedamos en la estancia y con el paso del tiempo fuimos padres de dos hijos varones”, agregó don Elbio.
Su historia de vida nos muestra costumbres y principios de convivencia que lejos están de nuestro presente, desde su compromiso por trabajar en la tierra y la particular manera de encarar un noviazgo.
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