Opinion | 06 Jul Uruguay, un país hasta hace muy poco dependiente exclusivamente de sus principales ríos para producir energía, parece encaminarse a una matriz tipo “puzle energético” que apuesta a la diversificación de fuentes renovables. Los problemas que a través del tiempo todos sufrimos debido a una dependencia del 70% de la generación hidráulica son conocidos por todos y varias veces nos tuvieron a punto del apagón.
Sin embargo, durante el gobierno del doctor Tabaré Vázquez comenzaron a darse los primeros pasos hacia la diversificación energética, primero permitiendo que empresas privadas fueran generadoras de energía y admitiéndola de distintas fuentes renovables como la biomasa, eólica e hidráulica a través de la construcción de mini represas. A su vez, el propio Estado comenzó un camino de diversificación en esta área al embarcarse en emprendimientos como el parque eólico de UTE en Sierra de los Caracoles (Maldonado).
Ahora, el actual gobierno dio un interesante paso más al permitir que no sólo las industrias sino también los usuarios domiciliarios puedan generar su propia energía y venderle el excedente a UTE, en una iniciativa que ya está firmada por el presidente Mujica y pronto quedará en marcha al realizarse las reglamentaciones necesarias para dejar operativo el nuevo sistema.
En tanto, el Ministerio de Industria y Energía, que apuesta a incorporar un 50% de energías renovables para diversificar la matriz energética nacional, acaba de anunciar que presentará una serie de propuestas concretas al nuevo Congreso de Intendentes --una vez que éste asuma-- para incentivar a las familias de todos los departamentos a que realicen un consumo razonable y eficiente de la energía eléctrica además de incorporar en sus hogares elementos que impliquen un mayor ahorro energético. Para eso, según informó Últimas Noticias, la idea es ofrecer descuentos y exoneraciones en los impuestos al patrimonio y en la Contribución Inmobiliaria durante un cierto tiempo y un cierto porcentaje para aquellas personas que introduzcan mejoras en sus viviendas que promueven el uso eficiente de la energía y realicen un consumo razonable de electricidad.
La propuesta, seguramente encontrará eco en muchos hogares uruguayos aunque el problema principal para una reconversión energética hogareña es el alto precio de los equipos a instalar y su amortización a largo plazo. Parece que en esto también ha pensado el gobierno y serán lanzadas líneas de crédito especiales para la adquisición de paneles solares para el calentamiento de agua, molinos generadores de viento domésticos o vidrios dobles para generar mayor aislamiento térmico en las viviendas. Es de esperar entonces que estos créditos sean realmente accesibles para que puedan ser aprovechados y el plan funcione. De lo contrario, terminará siendo una buena intención sin la efectividad que se desea.