Deportes | 06 Jul Uruguay juega esta tarde, a partir de las 15.30, el partido más importante de los últimos 40 años. Es que la Celeste está a 90 minutos, quizá a 120 o a una tanda de penales, de meterse de lleno en la final del Mundial 2010. Pavadita de expectativa.
Hoy, cuando todo un país se paralice, cuando más de 3 millones de corazones latan como nunca al mismo ritmo, Uruguay saldrá al césped del Estadio Green Point de la ciudad sudafricana de Pretoria para jugarse el preciado pasaje a la final frente a Holanda, en un partido que pinta complicadísimo.
Pero el camino realizado hasta aquí por la Celeste permite que se apuesten algunas fichas a su favor. Es verdad, Uruguay va a jugar con la más fea, pero sobre todo por la misma selección uruguaya. Es que este equipo de Tabárez llega disminuido, con bajas importantes, con el lógico cansancio de tener poco tiempo de recuperación tras 120 minutos para el infarto frente a Ghana, pero seguramente mostrará, ante el mundo, que a veces se puede dar batalla pese a todo.
Más allá de que el rival también tendrá un par de ausencias, está claro que este equipo celeste, esta selección que se ha ganado el corazón de los amantes del fútbol y de los que parecieron conocer ahora por qué el fútbol es el deporte rey a nivel universal, llega sentida. Pero de ninguna manera resignada.
No estará Lugano y tampoco Fucile, pero más allá de que la defensa parezca resentida, no hay que olvidar que Victorino ha rendido al pie de la letra cuando fue llamado a actuar, que vuelve Godín, y que Cáceres puede ser importante en el sector izquierdo.
No estarán los goles del suspendido Suárez, pero Cavani tendrá la posibilidad de jugar como delantero neto, junto a Forlán, y ambos tendrán la posibilidad de hacer olvidar –al menos por un rato— lo que significa el goleador de Europa en este equipo celeste.
Tabárez planificó, al menos en los papeles, en buena forma el partido. Conociendo la propuesta holandesa, sabiendo las falencias físicas que puede mostrar su equipo a medida que transcurran los minutos, parará a Uruguay con dos líneas de cuatro marcadas, como para mantener la seguridad en el fondo y para no dejar espacios en una mitad de la cancha en la que la premisa será no dejar pasar a nadie. Es que la clave de este partido estará por mantener el cero en el arco propio, e intentar lastimar cuando sea posible.
El rival, complicado por cierto, viene de dejar por el camino nada menos que a Brasil, pero más allá de la espectacularidad de la noticia, esta Holanda tiene sus puntos débiles. Estará en Uruguay saber manejar el juego, controlar las fuerzas y ser pensante en cada sector de la cancha. Tendrá que defender cada pelota como si fuera la última, y aprovechar las pocas chances de gol que se le presenten a favor.
Pero, hasta ahora, es el libreto al que se ha aferrado, más allá de que no siempre ha podido aplicar.
Uruguay está a un paso de hacer historia, de ganarse nada menos que el pasaje a la final. Dependerá de poder hacer lo que puede más allá de las dificultades, que seguramente serán varias. Pero, como sucedió ante Ghana, está claro que esta selección bañada en humildad está en condiciones, sabiendo siempre que todos los partidos son una final. Y el de hoy lo es. Puede no llegar como favorita, puede tener muchas dificultades. Puede ganarse el pasaje, o quedar con la ilusión por el camino. Pero nadie puede negar que hoy los jugadores de la Celeste se calzarán el corazón en los pies.
El partido será arbitrado por Ravshan Irmatov (Uzbekistán), Rafael Ilyasov (Uzbekistán) y Bakhadyr Kochkarov (Kazajstán), en tanto los posibles equipos son los siguientes:
Uruguay: Fernando Muslera; Maximiliano Pereira, Mauricio Victorino, Diego Godín, Martín Cáceres; Diego Pérez, Walter Gargano, Egidio Arévalo Ríos, Álvaro Pereira; Edinson Cavani y Diego Forlán. DT: Oscar Tabárez.
Holanda: Maarten Stekelenburg; Khalid Boulahrouz, John Heitinga, Joris Mathijsen, Giovanni van Bronckhorst; Mark van Bommel, Demy de Zeeuw, Arjen Robben, Wesley Sneijder; Dirk Kuyt y Robin van Persie. DT: Bert Van Marwijk.