Policiales | 06 Jul Efectivos de la Seccional Tercera de Policía indagaron a un hombre de 30 años, sospechoso de haber hurtado tablones desde un depósito en el que efectuaba trabajos de albañilería. Los policías allanaron el domicilio del sospechoso y recuperaron tablones que fueron reconocidos por su propietario, pero la Justicia lo dejó en libertad y solicitó nuevas averiguaciones. Según información extraoficial obtenida por EL TELEGRAFO, el propietario de una barraca ubicada en la zona de Leandro Gómez y Juncal se presentó en la referida dependencia para denunciar el hurto de unos 50 tablones desde un depósito. El damnificado relató que hacía varias semanas contrató los servicios de un albañil de 30 años, para que efectuara refacciones en un depósito de su propiedad, emplazado en la zona de Washington y Dr. Felippone. El albañil tardó unos quince días en completar el trabajo, tras lo cual cobró lo acordado y se desvinculó de su contratista. Sin embargo, al inspeccionar el depósito dos días más tarde, el propietario notó la falta de unos 50 tablones de pino nacional de 3 metros por 25 centímetros y 2 centímetros de espesor, que tenía almacenados junto a un total de aproximadamente mil, divididos con separadores especiales de unos 2 centímetros de espesor. Además, constató que también le habían hurtado varios clavadores de cedro, valuando todo en unos 5.500 pesos.
Surgen nuevas pistas
Una vez recibida la denuncia, los efectivos de la Seccional Tercera citaron al albañil y le preguntaron respecto a la desaparición de los tablones. Negó cualquier vinculación con el ilícito y dijo que en su domicilio solamente conservaba algunos trozos de madera que le habían sobrado de un trabajo realizado hacía unos cinco años. Sin embargo, cuando los policías le advirtieron que allanarían su propiedad, admitió tener en su poder unos diez tablones de similares características a los hurtados en el depósito. Los investigadores se trasladaron a la finca y los incautaron, pero el albañil aseguró haberlos comprado en un aserradero ubicado en la zona de Enrique Chaplin y avenida General San Martín. La policía exhibió la madera al capataz del aserradero, pero éste aseguró que en su negocio no se cortan tablones de esa medida, ni con esas características de corte. Además, se comprobó que la madera recuperada tenía las impresiones de los separadores utilizados para su almacenaje, coincidentemente iguales a los de la madera acumulada en el depósito. El denunciante reconoció los tablones recuperados como de su propiedad, en tanto la jueza subrogante Aurora Larramendi dispuso la liberación del sospechoso y la realización de nuevas diligencias, ya que habrían surgido testigos de la maniobra. El damnificado ha sido objeto de numerosos hurtos en los últimos años.