DIJO ENRIQUE BACCARO, EN ACTO
QUE CONTÓ CON NUMEROSO PÚBLICO

Locales | 02 Jul Numeroso público acompañó el acto recordatorio del centenario de EL TELEGRAFO, realizado en el patio colonial de nuestra casa periodística, que contó con la participación de los ex presidentes Julio María Sanguinetti, Jorge Batlle y Luis Alberto Lacalle, así como del intendente electo, Bertil Bentos, parlamentarios, autoridades locales, funcionarios ya jubilados, anunciantes, representantes de instituciones, amigos y lectores.
La oratoria estuvo a cargo del administrador de EL TELEGRAFO, Enrique Baccaro Pesce, quien señaló el momento tan grato que está viviendo “la gran familia de EL TELEGRAFO”. Se refirió a los orígenes de este emprendimiento periodístico en 1910 y dijo que el propósito del acto fue rendir homenaje a todos quienes han participado en “la tarea de alumbrar día a día, y a lo largo de una centuria”, las ediciones de este diario.
Explicó que se trata de personas “de variadas condiciones y diversos oficios” que “en uno u otro momento de esta historia centenaria aportaron su sabiduría, habilidades, arte, fortaleza, experiencia y tesón al esfuerzo común. A todos ellos, ocupando el lugar que hayan ocupado y en el tiempo que fuera, vaya hoy nuestro reconocimiento. Desde el más humilde canillita al más encumbrado de los redactores, en la medida de su esfuerzo y capacidad, han contribuido a forjar el eslabón que, de faltar, hubiera hecho fracasar este emprendimiento”, sostuvo.
Agradeció las diferentes formas en que instituciones y amigos se han hecho presentes en esta ocasión “para dejar constancia de su aprecio a nuestro diario” y se dirigió a ellos y el público señalando que “en un sentido muy real, EL TELEGRAFO es de ustedes porque por sus páginas corre la savia de vuestras aspiraciones y proyectos y en sus columnas se recogen los problemas, pesares, ideas y logros de esta comunidad que todos integramos. Lejos de ser una construcción monolítica inmutable, el diario es una obra en perpetua evolución, cuya identidad se va moldeando en la interacción con la sociedad de la cual se nutre y a la cual sirve”.
A UN PAR DE METROS Y
CIEN AÑOS DE DISTANCIA...
“Para perdurar y prosperar un diario debe encarnarse en su comunidad, adquirir una personalidad, una sensibilidad y una forma de reflejar la realidad propias y diferentes de aquellas que podamos tener o desear transmitir sus temporarios responsables. No sin razón se ha acusado a EL TELEGRAFO de ser un eterno sembrador de falsas ilusiones; es un defecto que sin duda que solía afectar a los hijos de esta tierra como parte de la genética del ser sanducero: toda obra, toda conquista del espíritu grande o pequeña comenzó como una ilusión en la mente de alguien quizá demasiado ignorante para conocer el no se puede”.
En este contexto, agregó que “un par de jóvenes no supo que no se podía editar un diario más --ya eran cuatro-- en aquel Paysandú de 1910. Imagino a Angel Carotini y Miguel Baccaro ilusionados y a punto de emprender la etapa más difícil de su aventura: poner en la calle el segundo número de EL TELEGRAFO y luego el tercero y así cada día. Los imagino aquí mismo, a sólo un par de metros y cien años de distancia. Esta sala que hoy bautizamos ‘1º de Julio’ era una de la dos habitaciones que ocupaba EL TELEGRAFO en este local, junto con un galponcito al fondo donde estaba el taller”.
“Me veo a mí mismo en esta misma sala 56 años y siete meses más tarde escribiendo la nota que informaba del nombramiento de Fernando Miguel, mi hermano, como director de EL TELEGRAFO. Fue el día después de la muerte de aquel gigante intelectual que fue mi padre, don Fernando. Ayer casi, el 10 de mayo de 2006, fallecido Fernando Miguel, recibíamos a Fernando Alberto como director”, rememoró.
EL SECRETO DE
LA LONGEVIDAD
Para finalizar se refirió a una pregunta que le realizó una joven periodista con motivo del centenario de EL TELEGRAFO: dónde radicaba el secreto de tal longevidad.
“Quisiera arriesgar una respuesta en términos náuticos: cuando mejor es el capitán, menos se nota su ausencia. Don Angel, Don Miguel, Don Fernando, Fernando Miguel, fueron todos ellos timoneles excelsos, pilotos a quienes tocó campear temporales y navegar sin cartas. Lloramos cada pérdida pero también habían preparado a los navíos y su tripulación y pudimos siempre salir adelante. Cada uno de ellos y los compañeros de sueños y proyectos y realizaciones que ellos encontraron entre sus colaboradores forjó un eslabón más en esta cadena que va, en pocos metros y cien años, del Año I Nº 1 del 1º de julio de 1910 al Año CI Nº 31.739 de hoy. Espero haber contestado la pregunta”, puntualizó.
RECONOCIMIENTOS
Durante el acto, Enrique Baccaro Pesce y Fernando Alberto Baccaro, junto a Walter Fleitas, compañero de tareas y uno de los funcionarios de más antiguedad en EL TELEGRAFO y la señora Gloria de Los Santos (viuda del apreciado ex gerente Eduardo Provera) descubrieron dos placas ubicadas al ingreso de la Sala de Conferencias que fue designada como “1º de Julio”. También fue entregada a Enrique Baccaro una plaqueta alusiva a su trayectoria que reza: “Por 36 años de entrega y dedicación, su capacidad y visión de futuro han hecho de su diario un referente del modernismo y solidez en la prensa escrita del Uruguay. El personal de diario EL TELEGRAFO, a su administrador don Enrique Baccaro Pesce”. Compañeros de diferentes secciones del diario también hicieron entrega de una placa y un pergamino, en tanto el presidente de la Organización de la Prensa del Interior, Raúl Vernengo, también entregó un reconocimiento. En la Sala “1º de Julio” fueron exhibidas unas treinta plaquetas enviadas por instituciones, empresas y organizaciones del Departamento.