Paysandú, Viernes 09 de Julio de 2010
Rurales | 05 Jul El dato promedio de preñez del rodeo vacuno conocido en el VIII Taller de Preñez organizado por el INIA en Treinta y Tres --impulsado por la ingeniera Graciela Quintans--, no colmó las expectativas que habían generado las excelentes condiciones climáticas de la primavera y el verano. El dato promedio fue de 77,2% de los 278.988 vientres analizados.
Este valor medio esconde diferencias importantes entre zonas y también entre los predios que requieren asesoramiento permanente y los que utilizan sólo asesoramientos puntuales del médico veterinario.
El técnico salteño Guillermo de Nava coincidió que las expectativas eran de alcanzar mejores resultados en la preñez de los rodeos. Sostiene que “este año, luego de una primavera y verano muy lluviosos, con un crecimiento exuberante de pasturas en plena época de entore, quedó la sensación que se podría haber obtenido un mejor porcentaje que el 77,2% alcanzado”.
La performance reproductiva, medida como tasa de preñez, fue más baja en Cerro Largo, Treinta y Tres y Lavalleja; se ubicó en niveles similares al promedio en Rocha, en tanto que en distintos departamentos del Litoral y centro del país se reportaron mejores porcentajes. “Este año la preñez más alta la encontramos en el norte, con un 88% para los 14.215 animales evaluados en los 20 predios en los que nos tocó realizar el diagnóstico de gestación del rodeo”, dijo De Nava.
El especialista analizó las diferencias en la tasa de preñez entre los predios con un seguimiento profesional más permanente, teniendo un plan de trabajo anual, y los otros establecimientos, cuyo contacto con el veterinario es más puntual. En esos casos el control se da a través del diagnóstico de gestación y en alguna otra ocasión concreta como el chequeo de los toros o la inseminación artificial.
Para el entore 2009/10, y tal como acontece cada vez que la oferta de forraje es buena, ambos tipos de predios tienden a acercarse en cuanto a los porcentajes de preñez. Mientras los predios cuyos rodeos tuvieron un seguimiento técnico permanente obtuvieron un 90,3%, los rodeos con asesoramiento puntual llegaron a 86,0%.
En cuanto a la tasa de preñez promedio en rodeos con ambas modalidades de trabajo, claramente las diferencias son más marcadas en años con restricciones forrajeras más severas. Pero además, puede observarse que la tasa de preñez promedio de aquellos rodeos con seguimiento técnico permanente tienen variaciones en un rango mucho menor --entre 80% y 90%--, mientras que el comportamiento reproductivo de los rodeos sin este tipo de control parece estar mucho más influenciado por el efecto año.
Cuando se profundiza en el análisis, las diferencias son más notables aún. Por ejemplo, siete de los 12 rodeos cuyo contacto con el profesional es puntual entoraron en 2009/10 vacas falladas en el año anterior. Por el contrario, esta es una categoría que no suele existir en los predios asesorados, porque se eliminan inexorablemente todas las vacas que fallan en cualquiera de las etapas de su cadena productiva. Y aunque no se cuenta con los datos de todos los predios, parecería evidente que estos últimos rodeos se los maneja a cargas animales mayores que los primeros, lo que sugiere que la transformación de pasto a terneros es también mayor.
Estos ejemplos evidencian que la manera más fácil y directa de lograr mejores resultados con la cría es la de acercar a un técnico para integrar el equipo de trabajo en el predio. ¿Y cuál es el secreto para una sostenida mejor tasa de preñez? Probablemente el principal trabajo de este profesional sea el de considerar y discutir la factibilidad de distintas tecnologías reproductivas para ser aplicadas en el predio.
En función de los objetivos del productor y de los recursos básicos de la estancia, se realiza un cronograma anual de trabajo, con visitas periódicas al establecimiento a efectos de evaluar la condición corporal y la sanidad de las vacas, entre otros aspectos. En función de la realidad que se encuentra se suelen hacer algunas variaciones o sugerencias al plan original. El manejo reproductivo del rodeo se suele diseñar teniendo presente que existen factores nutricionales y no nutricionales que influyen en la reproducción, y que una visión amplia de estos factores contribuye a lograr una mayor cantidad de preñeces a un menor costo posible.
Entore
Un ejemplo de una tecnología reproductiva relevante --aún sin demasiada difusión--, es el monitoreo del entore. Consiste en la palpación de cada vaca parida promediando el entore, para categorizar las vacas de acuerdo a su estatus fisiológico. De esta manera, no solo se identifican las vacas preñadas y servidas tempranamente, sino que se determinan las vacas que están aún en anestro, es decir, que no han entrado en celo.
Así, en función de la profundidad de ese anestro se puede aplicar distintos grados de control del amamantamiento, según el caso. Esta práctica tiene muchas ventajas porque permite hacer un diagnóstico a tiempo real, cuando aún hay margen para tomar medidas a efectos de lograr que más vacas se preñen y produzcan un ternero. Además, identifica exactamente la vaca a la que vale la pena aplicarle una nueva tablilla a su ternero o destetarlo precozmente, incurriendo en gastos en aquellas situaciones que inequívocamente lo ameriten. De Nava concluyó que “si se considera la importancia que tiene para Uruguay que más cantidad de terneros nazcan sanos y fuertes para comenzar con su vida productiva, creando así riqueza genuina para el país, es natural que todos los actores que trabajamos para hacer que se obtengan de manera económicamente racional 15 o 20 puntos porcentuales más de preñez experimentemos un sentimiento de orgullo muy peculiar. Muchos de los veterinarios de campo que trabajamos con la cría así lo sentimos, al tiempo que reconocemos los grandes desafíos que tenemos aún por delante”.
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