Opinion | 10 Jul El traspaso del gobierno departamental tuvo en esta ocasión una significación especial, que trasciende lo episódico en cuanto al partido al que le corresponde la responsabilidad de conducir los destinos de Paysandú a partir de la voluntad del soberano en las elecciones del 9 de mayo, desde que ha sido muy significativa la participación de los habitantes del interior departamental en esta fiesta de la democracia.
El hecho de que el nuevo intendente sea oriundo de Guichón trasladó a esa ciudad el acto de asunción del cargo, ante una plaza Williman que reunió a una multitud de ciudadanos, de todos los partidos, que han sido receptivos a esta señal auspiciosa del nuevo gobierno pero que a la vez no debe quedar en eso, sino en el principio de una cadena de acciones que permitan acercar el municipio a las localidades y vecinos del interior departamental, muchos de los cuales conocen a los dirigentes políticos solo quince días antes de las elecciones, en el momento de salir a pedir el voto.
La creación de las juntas locales, que en este caso también fue reafirmada por el simbolismo del traslado del nuevo gobierno departamental a cada una de las alcaldías para la toma de posesión del cargo por los alcaldes, constituye un ingrediente adicional en una descentralización que es todavía muy incipiente, porque por más que se creen instrumentos de este nivel, el centralismo está instalado en la mentalidad de nuestros gobernantes, tanto en lo que refiere a Montevideo respecto al Interior como en las capitales departamentales con relación a localidades del departamento y áreas rurales.
Además, se crean alcaldías como elementos de apoyo a la tarea del gobierno departamental y caja de resonancia de las inquietudes de los vecinos, pero el instrumento carece a la vez de recursos económicos y en cuanto a la toma de decisiones no puede soslayarse la dependencia del ejecutivo departamental, por lo que la descentralización es mucho más simbólica que real, y está en los gobernantes, tanto los integrantes de las alcaldías como del ejecutivo y Junta Departamental, el poner el máximo de sí, con disposición, imaginación y trabajo, para avanzar decididamente en esta dirección.