Policiales | 10 Jul La Justicia Penal procesó ayer a un hombre de 38 años, quien le compró un celular a tres menores, el que había sido hurtado a una docente en una institución de la zona noreste de la ciudad. De acuerdo a información extraoficial obtenida por EL TELEGRAFO, el martes se presentó en la referida seccional una señora de 30 años, docente de educación física en el centro comunal del barrio “Enrique Chaplin”, emplazado en la zona de Andresito y Felipe Argentó. La denunciante dijo que ese día acudió al centro comunal para dictar clases a alumnos de edad escolar, pero antes de iniciar su actividad dejó su cartera sobre un escritorio.
Una vez concluida la clase notó que le habían sustraído un celular Sony Ericsson W302 de color gris, valuado en 4.000 pesos, así que optó por radicar la denuncia. Los policías efectuaron varias averiguaciones y determinaron que un adolescente de 16 años, domiciliado en el barrio “Río Uruguay”, estaría involucrado en el ilícito, así que ayer por la mañana se trasladaron hasta su casa y se entrevistaron con su madre, de 47 años.
Le explicaron la situación y la señora accedió a trasladarse a la seccional en el móvil policial, ya que difícilmente convencería a su hijo de acompañarla. Según pudo establecerse, el adolescente habría hurtado un celular para luego entregárselo a otros tres menores de su barrio, quienes a su vez lo habrían vendido al propietario de un taller ubicado en las inmediaciones de Bulevar Artigas y Avenida Salto.
Un precio muy conveniente
Los investigadores citaron a la comisaría al propietario del taller de chapa y pintura, de 38 años e iniciales S.D.S.G, quien en ningún momento sospechó que lo interrogarían respecto al robo de un celular. Los policías le plantearon la situación y él negó toda vinculación con el hecho, en tanto aseguró que nunca le había comprado un celular a menores de edad. Sin embargo, los investigadores le solicitaron que exhibiera su teléfono móvil y coincidentemente se trataba de un Sony Ericsson W302 de color gris, idéntico al sustraído a la docente. Indagado al respecto, el sospechoso dijo haberlo comprado en una casa de celulares y que aún conservaba los papeles que documentaban la compra. La damnificada se presentó en la seccional con la caja del aparato y pudo establecerse que la numeración coincidía con el que portaba el tallerista, quien confrontado a la evidencia optó por confesar. Dijo que hacía aproximadamente quince días se presentaron en su taller tres menores de edad, de entre 10 y 14 años, quienes le ofrecieron un celular en 1.000 pesos. Les dijo que estaba caro y se lo dejaron en 500. Si bien le pareció de dudosa procedencia, el precio era muy conveniente, así que decidió comprarlo. La versión fue corroborada por algunos empleados del taller. Todos los involucrados comparecieron ayer ante la Justicia, en cuya órbita se dispuso el procesamiento sin prisión de S.D.S.G por el delito de receptación en calidad de autor, así como la entrega a sus responsables del menor de 16 años.