Sebastián Abreu

Deportes | 14 Jul Sebastián Abreu, el delantero que cometió su clásica locura de picar la pelota en la definición por penales frente a Ghana, que le dio a Uruguay el pasaje a las semifinales, tomó la posta de presentador en el homenaje que el Gobierno realizó a los celestes en la llegada a nuestro país.
El jugador del Botafogo agradeció “a los hinchas porque el respaldo, cariño y afecto no vino por este cuarto puesto en el Mundial, sino que viene desde las eliminatorias, y sirvió para saber que, en los momentos más complicados, tres millones de ustedes y los que lamentablemente no están en el país, estaban con nosotros. Y fue fundamental”.
A partir de ahí comenzó el show del “Loco”, que fue presentando a varios de los jugadores.
“Hay algo que fue muy lindo, emocionante, contado por los abuelos, que decían que siempre sucedían esas cosas. Y en este grupo tuvimos un ejemplo: el de un compañero que se fracturó y siguió jugando con esa fractura. Este compañero fue Nico Lodeiro”, dijo Abreu, encendiendo el “olé, olé, olé, Nico… Nico…” al que se sumaron los hinchas. “Eso lo tenemos que valorar mucho”, agregó.
Luego hizo referencia a que muchas veces se elogia a los futbolistas del exterior, cuando “a nuestro lado tenemos un jugador que estuvo en el 11 ideal del mundo, como lo es Fucile”, para asegurar posteriormente que “vivimos algo espectacular, que va a quedar (en la historia) por su significado. Los que entienden de fútbol saben que lo que hizo Luis Suárez (la mano ante Ghana en el último segundo evitando el gol, derivando en el penal que marró el equipo africano llevando a la definición por penales) está dentro de las reglas de juego”, dijo Abreu, para darle paso al cántico de la gente: “No es la mano de Dios, es la mano de Suárez…”.
Con la picardía de siempre, anunció al mejor jugador del Mundial, Diego Forlán. “El orgullo más grande que tenemos todos nosotros, que fue la frutilla de la torta para una excelente campaña, es tener al mejor jugador del mundo”, indicó. Pero inmediatamente cortó los aplausos y despertó la risa de todos: “Hubo otro premio, que no lo vieron ustedes porque se cortó el cable: yo era suplente de Forlán, por lo que me dieron el premio al mejor suplente del mundo”. Varios fueron los jugadores que pasaron por micrófono, pero tanto Abreu como Diego Pérez destacaron que “hoy somos 23 los jugadores privilegiados, pero para llegar a esto hubieron muchísimos futbolistas a lo largo de cuatro años, que fueron fundamentales para llegar a esta realidad”.