Pedido del capitán a Mujica

Deportes | 14 Jul “¿Y ahora qué hago?”, dijo entre risas Diego Lugano, el capitán celeste, cuando le tocó el momento de dirigirse al público, inmediatamente después que el Maestro Tabárez.
Y se despachó “La verdad que en Sudáfrica nos comentaban de la alegría de la gente, pero nunca nos imaginamos esto. Comentamos con los muchachos que esto, lo que nos están regalando, es mucho más de lo que merecemos, porque apenas hemos hecho lo que cualquier jugador de este país haría: dar la vida por la camiseta, la historia y traerle alegría a la gente”.
Lugano agregó que “fuimos con el sueño, fundamentado en el trabajo y el grupo, de traer la Copa del Mundo, de venir con ese regalo”. Si bien “acariciamos la gloria, pero no se dio”, el capitán afirmó que “al volver nos encontramos con una Copa que va mucho más allá de lo que nos pudimos imaginar: ver al pueblo uruguayo unido, abrazado, exteriorizando el orgullo que todos llevamos dentro, el de haber nacido en este país”. Y desató la locura. Pero más allá del agradecimiento a todo el país, el capitán quiso comprometer al Estado, haciéndose eco de que este cuarto puesto en el Mundial logrado por la selección después de 40 años, debe ser tan solo el puntapié inicial para lo que se viene.
“Aprovecho que está el presidente y varios políticos importantes para pedirles que este día no pase al olvido; que la ilusión de la gente no sea apenas efímera y pasajera; que estar entre los cuatro mejores del mundo no sea hazaña sino una obligación; que todos juntos le demos al deporte la trascendencia que tiene el país, porque solo Uruguay tiene esta cultura de fútbol. Y eso merece que todos trabajemos para que los Suárez, Forlán y Fucile que tiene el país, tengan las condiciones para crecer y seguir dándole alegría a este pueblo”, dijo el capitán celeste.
Lugano fue el primero de los jugadores en recibir la medalla otorgada por el Gobierno, de manos del vicepresidente de la República, Danilo Astori.
Luego fueron pasando sus compañeros y, al término del homenaje, de que Sebastián Abreu tomara la posta de animador a pedido del propio Lugano, se pidió al capitán que cerrara este homenaje. “¿Nos vamos con el grito de guerra de los uruguayos?”, preguntó. “¡Arriba gente!”, dijo segundos después, para contagiar a todos y animar con un “¡soy celeste!”.