Paysandú, Domingo 18 de Julio de 2010
Locales | 16 Jul Repasar parte de nuestra historia nos permite conocer a hombres y mujeres que impulsaron proyectos, hicieron posibles grandes obras y levantaron los cimientos de nuestra sociedad. Este es el caso de Teodoro Pedro Luis Guichón, todo un hacedor y visionario que proyectó los primeros mojones de lo que tiempo después, fue la ciudad de Guichón.
Los antepasados de los Guichón se remontan a épocas donde se gestaban las primeras independencias y donde los poderosos imperios luchaban por mantener en pie el dominio de los territorios colonizados. Eran unos franceses que tenían astilleros en Francia. Integraban la flota de Napoleón con altos cargos jerárquicos. Participaron de la batalla de Trafalgar en 1805 donde las tropas francesas y españolas fueron vencidas por los ingleses comandados por el almirante Nelson. A los derrotados los llevaban prisioneros a Inglaterra y en el trayecto se amotinaron, tomaron el barco y se vinieron hasta el Río del la Plata.
Los hermanos Guichón eran 3; Luis Marcos era padre de Teodoro Pedro Luis, quien tiempo después fuera el fundador de la ciudad de Guichón. Luis Marcos primero se fue para Chile pero no le gustó porque la tierra temblaba seguido, producto de los sismos. Se vino para Montevideo. En esos tiempos España y Francia estaban en guerra. Durante ese período Luis Marcos Guichón decidió marcharse tierra adentro e instalarse en campos en lo que hoy es el departamento de Florida.
Estuvo en el movimiento revolucionario y alcanzó a participar en la cruzada libertadora de los 33 Orientales.
Por el año 1884, Teodoro en busca de nuevos horizontes y luego de casarse en Durazno con una hija de ingleses de nombre María Felicia Frost, se fue para la zona de Andrés Pérez sobre el río Queguay. Compró campos e instaló un comercio y criaba ganado. Su capacidad visionaria lo hizo comprar unas parcelas en lo que hoy conocemos como los accesos de la segunda ciudad del departamento. Allí construyó una estancia, al frente levantó un edificio donde funcionó la primera escuela de varones de Guichón. Una posta de diligencia, una comisaría y un comercio, primeras tímidas señales de un intento de urbanización. Hoy, en dicho solar un monumento erguido en hierro recuerda a la figura de quien fuera gestor e impulsor de Guichón.
La estancia fue durante los conflictos armados entre blancos y colorados, una especie de territorio neutral donde aquellos que no intervenían en las batallas se acercaban a los efectos de encontrar refugio.
Teodoro Pedro Luis, al ver que el territorio se podía adaptar para planificar las bases de un centro poblado, decidió regalar predios a los propios peones y empleados del establecimiento. Así comenzó a tomar forma Guichón.
El primer cementerio se construyó en el cerro Colorado, también conocido por el nombre de Cerro de los Indios, donde fue sepultado originalmente Guichón, ya que sus restos hoy descansan en el cementerio central de la ciudad que él mismo proyectó. Fue por el año 1890 que también a instancias de Teodoro Pedro Luis aparece por los territorios mencionados el ferrocarril. Se construyó una parada en Guayabos y otra en Guichón. Pero, para transformar la parada en estación, Guichón donó parte de los terrenos – 50 hectáreas – donde hoy se levanta el barrio Sineu. El campo quedó dividido y del otro lado de la vía ferroviaria formó la colonia El Sauce. Los habitantes eran todos criollos y la producción era netamente ganadera. Luego las parcelas, otorgadas originalmente por Guichón se fraccionaron hasta fundar el pueblo.
Hoy todo esto forma parte de una rica historia que lleva nombre y apellido de un visionario que proyectó parte de un gran sueño, que hoy ya hace 103 años que es una realidad.
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