Paysandú, Lunes 19 de Julio de 2010
Opinion | 17 Jul Hoy en día existe infinidad de posibilidades técnicas de bajo valor y fácil instrumentación que bien podrían ser aplicadas en la función pública para trabajos específicos, facilitando y potenciando así la tarea de control y del propio funcionario.
Tal es el caso de la Internet móvil en conjunto con los celulares inteligentes y servidores web dedicados, que hasta ahora no ha sido desarrollado como un sistema que demuestre su real potencialidad, que podría ser utilizado en distintas dependencias municipales y estatales, por ejemplo –y quizás el más evidente—para la fiscalización del tránsito, o hasta para la Policía. Un desarrollo bien pensado en este sentido sería una invaluable herramienta para el funcionario que patrulla las calles, ya sea el inspector municipal o un policía, que contaría con información clave en cuestión de segundos que le permita tomar decisiones sobre la marcha. Imaginemos un caso común en el cual un inspector de Tránsito detiene un vehículo por una infracción. El conductor sostiene en esa circunstancia que él está habilitado para conducir pero que olvidó el carné en su casa. De la forma en que se hacen las cosas actualmente, el inspector le aplica una multa que de ser cierto lo que manifiesta el chofer, deberá levantar en las próximas horas en las oficinas de la IDP, previa presentación de la libreta de conducir. Todo esto podría evitarse si el inspector pudiese consultar una base de datos a través de Internet, por ejemplo mediante un teléfono celular, que le indique la situación del supuesto infractor, con los antecedentes detallados de faltas cometidas en los últimos meses, accidentes en los que se vio involucrado, y por supuesto, si está habilitado para conducir o se le retiró la libreta por alguna infracción grave. Esta información podría ser clave para tomar decisiones, porque no es lo mismo un olvido que una libreta retenida, en cuyo caso correspondería impedirle seguir la marcha y hasta la aplicación de medidas especiales por haber ignorado una disposición en ese sentido. Pero también podría saberse si determinado vehículo fue denunciado por hurto, si debe más de lo que vale en patente o multas, si el número de motor corresponde a la carrocería, entre un sinfín de datos muy importantes. También está la posibilidad de usar la cámara de fotos incorporada al teléfono para certificar gráficamente la infracción o grabar un desacato en video, que automáticamente quede archivado en el expediente del infractor. El contar con una herramienta así hasta ameritaría revisar los procedimientos burocráticos, porque tendrían en sus manos el poder de decidir si corresponde comunicar la situación que se presente a la Policía, detener a un conductor, etcétera.
Todo lo que se precisa entonces es un servidor web dedicado, quizás instalado en la misma Intendencia, cuyo costo es de unos pocos miles de dólares, una línea de ADSL fija como la que tienen miles de usuarios en sus hogares, y varios teléfonos con acceso a Internet, que quizás hasta podrían obtenerse gratis de los planes que maneja el municipio para usos internos. El servicio de navegación por Internet por celular, como es sabido, cuesta menos de 500 pesos mensuales por unidad, algo que para el presupuesto municipal es irrisorio. Por otra parte, en nuestra ciudad hay excelentes desarrolladores de software que no tendrían dificultades para crear un sistema así –que es realmente sencillo, por cierto--, o bien podría encargarse este trabajo a Paysandú Innova.
Pero esta misma tecnología serviría para muchas otras aplicaciones, como ser la interconexión entre dependencias municipales descentralizadas, mejorando infinitamente la gestión, de la misma forma en que actualmente funcionan las entidades bancarias. Se nos ocurre que las termas se verían favorecidas si se pudiese llevar un control de acceso de turistas a través de formularios que físicamente están en la Intendencia, pero que se llenan en una computadora en la propia portería; o que la disponibilidad de los insumos necesarios para los moteles y el propio funcionamiento del predio se lleve en tiempo real por la dirección correspondiente en Paysandú. Con esto se evitarían sorpresas como las manifestadas por la alcaldesa de Guichón, que al asumir se encontró con que no había ni leña para las calderas de las piscinas. En fin, las posibilidades son infinitas y solo limitadas por la capacidad e imaginación de los programadores y jerarcas municipales.
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