Paysandú, Jueves 22 de Julio de 2010
Opinion | 22 Jul El año próximo se conmemorarán los 200 años del alumbramiento de nuestra nacionalidad. Si bien todos los orientales debemos recordar este proceso orgullosos y agradecidos, hay hechos que tienen una especial significación para Paysandú pues se registraron en nuestro territorio y fueron partícipes vecinos nacidos o afincados en estas tierras.
Acaso omitiendo mucha información, debemos mencionar acontecimientos muy especiales como la “Conspiración de Casablanca” y el paso por territorio sanducero del “Éxodo del Pueblo Oriental”.
Sobre “Casablanca”, como acertadamente lo indicó la profesora y coordinadora de museos municipales María Julia Burgueño en su alocución del 18 de Julio último, cabe recordar que el primer pronunciamiento a favor de la revolución independentista se habría producido el 11 de febrero de 1811 en esa zona (¿en el lugar mucho después conocido como “Ruinas de Paysandú”?) cuando el Párroco de Paysandú Silverio Martínez y su teniente cura Ignacio Maestre se reunieron a conspirar con varios patriotas, reunión que fue desbaratada por el capitán español Juan Michelena que comandaba las fuerzas que patrullaban la zona.
Por otra parte, en lo referido al “Éxodo”, “La Redota”, ingresó al hoy departamento de Paysandú el 14 de noviembre de 1811, el 24 de noviembre cruza el río Queguay, el 1º de diciembre acampa a orillas del arroyo Quebracho, el 3 de diciembre cruza el arroyo Chapicuy, el 7 de diciembre cruzan el río Daymán, penetrando así en territorio hoy salteño. Pero, por sobre todas las cosas, resulta de especial trascendencia para Paysandú el hecho de que en nuestro territorio se incorporaron a la marcha gran cantidad de patriotas sanduceros.
En efecto, se ha establecido que además de los 6.000 hombres que componían los efectivos armados de Artigas, quienes lo acompañaron sumaban 4.435 personas con 846 carruajes de todo tipo.
Como en su momento Artigas dispuso que se efectuase un relevamiento de quienes integraban la marcha, se ha establecido claramente que en Paysandú se incorporaron 104 familias sanduceras con un total de de 547 personas.
En la nómina correspondiente se aprecia la presencia de numerosos apellidos de origen europeo, especialmente español, como Ocampos, Ibarra, Cáceres, Cortéz, Avila, Lescano, Machuca, de los Santos, Ruiz Díaz, Velásquez, Benitez y otros de casi seguro origen indígena como Guapurá, Changurá, Cuñahí, Panayú, Arayú, Nagatú así como numerosos esclavos.
“Cada día miro con admiración sus rasgos singulares de heroicidad y constancia; unos, quemando sus casas y los muebles que no podían conducir; otros, caminando leguas a pie (…) mujeres ancianas, viejos decrépitos, párvulos inocentes acompañan esta marcha, manifestando todos la mayor energía y resignación, en medio de todas las privaciones”, manifestó José Artigas refiriéndose a quienes le acompañaban en la marcha hacia el Ayuí.
Resulta pues de estricta necesidad, de absoluta unanimidad y de merecido reconocimiento que se exteriorice en todos los rincones del departamento el homenaje y el festejo ante el Bicentenario de estos hechos. Incluso los habitantes de Entre Ríos deberían ser invitados a participar en la medida de que se ha establecido la presencia del máximo caudillo entrerriano Francisco Ramírez en los hechos de Casablanca.
Pero dicha celebración no puede ceñirse solamente a fiestas y desfiles sino que debe llevarse a cabo también una campaña informativa que recuerde a los adultos pero fundamentalmente enseñe a niños y jóvenes sanduceros el trascendente significado que tuvieron estos hechos en nuestra Patria y en nuestra vida. Y volvemos a citar a la profesora Burgueño: “La historia no es solamente lo que pasó. La historia tiene que ser estudiada y conocida para comprender el presente y para construir el futuro”.
Está claro que el Gobierno Departamental dispone de los medios materiales, la organización y, por la nómina de asesores divulgada, los profesionales sobradamente capacitados para encarar la organización de festejos multitudinarios así como tareas de información y difusión que aludimos pero sería injusto y hasta egoísta que dejemos que las autoridades se hagan cargo de todo cuando toda la población seguramente estará ansiosa de participar.
Mucho se puede y debe exponer, analizar y proponer sobre este tema pero, hoy, cerremos nuestro comentario con la frase que escribió Artigas en noviembre de 1811: “Síganme cuantos gusten, en la seguridad que yo jamás cederé”.
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