Opinion | 22 Jul El conflicto gremial desatado en las plantas de envasado de supergas de Montevideo provocó el desabastecimiento en varias zonas de la capital y ciudades del interior del país justo cuando vivimos la época de máximo rigor del año y aún estamos padeciendo los efectos de una ola de aire polar.
La preocupación de la población --plenamente justificada, por cierto-- ha generado una demanda adicional ya que las familias que tienen algún envase de supergas de repuesto están tratando de conseguir recarga para no quedarse sin este vital combustible utilizado en la gran mayoría de los hogares uruguayos ya sea con fines de cocción de alimentos o calefacción.
No es la primera vez que nos quedamos sin gas en pleno invierno. Hace unos años fue la falta del producto en el país, mientras en otras ocasiones también fueron conflictos gremiales los que, como ahora, pusieron en jaque a las empresas distribuidoras.
El presidente de Ancap, Raúl Sendic, ha tenido duras palabras para con los trabajadores del sector. Y tiene razón puesto que ha sido la población que más necesita la que ha quedado como rehén de un conflicto cuyos motivos no están del todo claros.
El propio jerarca dijo ayer que todo comenzó por un reclamo de aumento de sueldo para un trabajador que gana 45.000 pesos y se pretende gane más de 50.000 y que como sostener públicamente esta petición no era viable, el reclamo derivó hacia temas vinculados a la seguridad de los trabajadores, lo que a la postre podría interpretarse como una excusa ante la situación generada.
Si el presidente de Ancap está bien informado y ese fue el verdadero motivo del conflicto, resulta inadmisible la posición de un gremio que en una muestra de total irresponsabilidad deja sin una fuente energética sumamente necesaria a cientos de miles de uruguayos para efectuar semejante reclamo. Si está mal informado y el reclamo no era ese sino otro que podría considerarse justificado, la medida adoptada no se justifica desde ningún punto de vista puesto que ha tomado por rehén a la población en forma oportunista justo cuando ésta más necesita contar con disponibilidad de supergas. También es inoportuna porque bien podría esperarse a las inminentes negociaciones de los consejos de salarios para plantearla. En cualquier caso, es de esperarse que todo se solucione rápido y que la situación no vuelva a repetirse.