Paysandú, Lunes 26 de Julio de 2010
Locales | 25 Jul (Por Enrique Julio Sánchez, desde Estados Unidos). Los informes oficiales indican que las deportaciones de uruguayos en Estados Unidos se han reducido con respecto al año pasado, pero otras fuentes expresan lo contrario. De acuerdo al Consulado de Uruguay en New York, que cubre los estados de New York, New Jersey, Massachusetts, Maine, Vermont, New Hampshire, Rhode Island y Connecticut, en lo que va del año las autoridades estadounidenses han deportado a 37 uruguayos indocumentados, mientras que el año pasado el número de deportaciones fue de 226.
De todas formas, las autoridades subrayan que en las últimas semanas se han incrementado los “check points” y las redadas llevadas adelante por el ICE, la oficina que busca, detiene y deporta a ciudadanos extranjeros que residen sin documentos en Estados Unidos.
Pero un documental realizado por Nelcis O’Neill y subido en estos días a You Tube demuestra con testimonios de uruguayos y otros latinoamericanos que en Elizabeth, una de las ciudades donde la comunidad uruguaya es más numerosa, ha crecido dramáticamente el número de uruguayos detenidos, varios de los cuales han sido ya deportados.
Los desgarradores testimonios de los propios connacionales, como el caso de Fabián y su esposa, que fueron entrevistados la noche previa a la deportación, descubren apenas algunas historias personales de familias desgarradas por las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, ICE según su sigla en inglés. Lo
peor es que la esposa de Fabián es ciudadana estadounidense por nacimiento, pero ni eso impidió que su esposo fuera deportado.
Como otros casos ocurridos aquí cerca, en Dover o Budd Lake, el principal problema que se enfrentan quienes son deportados a sus países de origen es la precaria situación económica en que regresan. “No tenemos plata, no tenemos nada, es lo más feo que estamos pasando, no se lo deseo a nadie”, dijo la esposa de Fabián, con la preocupación
reflejada en su rostro.
La deportación de algunos uruguayos en Elizabeth provocó la separación de las familias, lo que ha unido a la comunidad uruguaya en diferentes acciones benéficas para apoyar al cónyuge y los hijos que aquí han quedado, para que puedan retornar a Uruguay, para reunificar las familias. De acuerdo al documental de O’Neill, varios uruguayos permanecen en el Centro de Detención de Elizabeth, donde son enviados los indocumentados detenidos. Otros son rápidamente deportados pues ingresaron al país cuando Uruguay integraba el Visa Waiver Program (VWP), que permite el ingreso a Estados Unidos, por 90 días, sin visa a ciudadanos de selectos países. Este programa no da derechos adicionales a quienes lo usan, ni siquiera a juicio, por lo que pueden ser deportados en pocos días.
Los titulares de la prensa hispana se concentran en Arizona, donde está a punto de activarse la peligrosa ley 1070, que ordena a la policía detener a los indocumentados y entregarlos a las autoridades inmigratorias. Las fotos de carpas levantadas en el medio de la nada a la espera de las primeras víctimas de esa cacería ocupan las primeras planas. Y las protestas hispanas y de organizaciones de Derechos Humanos también.
Pero poco se sabe que en el resto de la nación, el ICE continúa atrapando indocumentados, los que son confinados en centros de detención, ordenados a abandonar el país o deportados si no lo hacen. El sueño americano cada vez más se parece a una pesadilla, más allá que como siempre, la diaria realidad no pone el “tema inmigratorio” en nuestra mente, pues todo se trata de cumplir con las obligaciones, el trabajo, la familia, buscando una vida mejor que no siempre se concreta.
Elizabeth, en el norte de New Jersey, semeja una zona minada para los indocumentados, pues de acuerdo a lo que ha podido saberse, la propia Policía colabora con las autoridades inmigratorias, al detener por infracciones de tránsito a latinos. Tal el caso de cuatro uruguayos que iban a ver el partido Uruguay-Ghana y que fueron detenidos por exceso de velocidad. Como el conductor presentó una licencia del estado de Maryland, pero no de New Jersey, fue detenido en averiguación de status migratorio y enfrenta ahora la deportación. Lejos de Arizona, el sentimiento anti inmigrante también se robustece, incluso en aquellas ciudades hasta no hace mucho tiempo consideradas “seguras”. En tanto, la cuenta regresiva lleva a su etapa crucial. 30 días y contando. Aunque esa, esa es otra historia.
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