Paysandú, Miércoles 28 de Julio de 2010
Locales | 27 Jul En acto público realizado en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, el 20 de julio fue conmemorado el restablecimiento, hace 25 años, de la vigencia plena de la Constitución, y en consecuencia del régimen democrático nacional, después del lapso de doce años del régimen dictatorial en el cual prevaleció el sector militar. Dicha reunión fue la inicial de un ciclo de realización mensual que culminará en octubre, organizado por el Partido Colorado.
En dicho acto estuvieron presentes y formularon mensajes, los ex presidentes Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle, Jorge Batlle y Tabaré Vázquez; el presidente del Frente Amplio, Jorge Brovetto; el ex presidente de Brasil, José Sarney, y el diputado Ricardo Alfonsín, hijo del ex presidente de Argentina Raúl Alfonsín. Abrió el acto el secretario General del Partido Colorado, Pedro Bordaberry. Concurrieron también el presidente de la República, José Mujica, el presidente de la Suprema Corte de Justicia Jorge Chediak, además de muy alto número de ciudadanos interesados en estar presentes en tan justa ceremonia.
Fue subrayada la personalidad de quienes se encontraban presentes, la trascendencia de la recuperación democrática que se conmemoraba, que fue uno de los diversos episodios de tal índole en América Latina, pues la recuperación institucional dio comienzo hacia fin de los años setenta; como se ha señalado, primero, entre 1879 y 1982, llegó a Ecuador, Perú y Bolivia, en 1983 a Argentina, en 1985 a Uruguay y a Brasil, en donde ocupó su presidencia precisamente quien estaba aquí presente; en 1989 llegó a Paraguay y en 1990 a Chile.
Fue señalada la trascendencia que tuvo en 1985, cuando comenzó el nuevo gobierno, la sanción parlamentaria de las leyes por las cuales se concedió la amnistía a quienes estaban procesados por actos subversivos, y la que habilitó el reintegro de muchos funcionarios que durante el período de facto habían sido apartados de sus funciones.
Y aunque fue, y sigue siendo, muy controvertida, también se invocó por su propósito a favor de un ambiente de paz la llamada “ley de caducidad”.
La recuperación democrática que se conmemoró fue un episodio que merecía un festejo de la trascendencia del que se comenta, por la gravedad que para el proceso constitucional e institucional del país fue el golpe de junio de 1973 que tumbó tan indebidamente las instituciones, y que durante unos doce años sometió al país a gravísimas violaciones a las garantías y derechos de su ordenamiento constitucional. La mayoría de los ciudadanos ansiaba tal recuperación, y para ello contribuyó, con conductas opositoras razonables, a no agravar las circunstancias con actitudes indebidas, pues prevaleció en los ciudadanos una tesitura equilibrada. Y obviamente fue razonable y equilibrada la forma en que desenvolvieron sus conductas cívicas los partidos políticos, y también quienes a través del periodismo contribuyeron a desprestigiar al régimen que prevalecía políticamente. El masivo acto del Obelisco tuvo gravitación para poner de manifiesto el desprestigio del régimen dictatorial.
Es indispensable señalar, entre los antecedentes que incidieron mucho para que la recuperación fuera realidad, las prédicas encabezadas por los Dres. Tarigo y Pons Echeverry; encaradas con equilibrio, con altura, con razones contundentes, demostraron que la reforma constitucional que el régimen pretendió plebiscitar en 1980 no era sino una vía indebida que pretendía incorporar, nada menos que a la Constitución, un régimen que en esencia pretendía “constitucionalizar” la dictadura.
Y se debe agregar que gracias a las garantías electorales que es tradición, y también orgullo del país, y a la hombría de bien, independencia e idoneidad técnica del entonces presidente de la Corte Electoral, Dr. Nicolás Storace Arrosa, el resultado del plebiscito por el cual el régimen de facto pretendió la aprobación de dicha reforma constitucional fue imposible de ser vulnerado por las autoridades de gobierno. En efecto: dicho ciudadano, contra lo que tales autoridades pretendían según públicamente expresaron, como presidente de la Corte Electoral hizo saber a la ciudadanía que es público el contenido de la “Cuarta Acta”, o sea la correspondiente al escrutinio (cuya copia firmada todo integrante de la mesa receptora de votos o delegado tiene derecho a recibir), y por tanto implícitamente afirmaba que no era legalmente procedente lo que con anterioridad había hecho público el Ministerio del Interior. Desde ese momento fue general el concepto de que el rechazo de tan absurda reforma era inminente, pues no sería posible alterar el resultado emanado del pronunciamiento cívico.
Tales los conceptos que se entiende oportuno exponer con motivo de los 25 años cumplidos de la recuperación democrática, conmemorados conjuntamente por todas las colectividades políticas nacionales.
EDICIONES ANTERIORES
A partir del 01/07/2008
Jul / 2010
Lu
Ma
Mi
Ju
Vi
Sa
Do
12
12
12
12
Diario El Telégrafo
18 de Julio 1027 | Paysandú | Uruguay
Teléfono: (598) 47223141 | correo@eltelegrafo.com