Paysandú, Viernes 30 de Julio de 2010
Opinion | 26 Jul La difícil situación originada por la denuncia de la supuesta existencia de bases guerrilleras colombianas en territorio venezolano ha planteado lo que se puede considerar una “prueba de fuego” para la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), y su Secretario General, el argentino Néstor Kirchner recientemente designado gracias a la diplomática abstención de Uruguay en la votación.
Como se sabe, el fiscal General de Colombia, Guillermo Mendoza Diago, planteó este jueves la posibilidad de denunciar a Venezuela ante la Corte Penal Internacional por la presencia de miembros de las bandas armadas FARC y el ELN en ese país, donde, según señaló, se refugian tras cometer delitos de lesa humanidad.
“Si ya logramos establecer eso, y tenemos información de que las personas atacantes se refugian en Venezuela y las autoridades no hacen nada, y por el contrario los apoyan, pues entonces pudiéramos ya consolidar lo que va a ser la denuncia ante la Corte Penal Internacional”, dijo Mendoza.
Confirmó que recibió de manos del Gobierno colombiano una carpeta en la que se documentan al menos 60 ataques cometidos por integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) contra poblaciones colombianas y que luego se refugian en Venezuela, según indicó la agencia de noticias EFE.
Ante las denuncias formuladas, el presidente venezolano, Hugo Chávez, rompió relaciones con Colombia actuando ante las cámaras con su acostumbrado histrionismo y teniendo a su lado a Diego Armando Maradona.
Pero, por encima de la actitud asumida resultan mucho más preocupantes las afirmaciones realizadas posteriormente ya que el presidente venezolano, Hugo Chávez, indicó que un ataque colombiano a Venezuela podría deparar sorpresas como la reacción del pueblo de Colombia y la de “algunas corrientes militares” de ese país. “Imagínense una guerra entre Colombia y Venezuela. Eso sería para llorar 100 años, pero si somos agredidos no nos vamos a quedar de brazos cruzados”, dijo en tono amenazante el gobernante.
“Pero cuidado, si al Gobierno de Uribe, mandado por el imperio, se le ocurre atacar a Venezuela, cuidado con la reacción del pueblo colombiano y cuidado con algunas corrientes bolivarianas militares que conozco desde hace tiempo”, añadió un soberbio Hugo Chávez.
El mandatario venezolano emitió estas hipótesis durante la clausura en Caracas del III Encuentro Sindical “Nuestra América”. También repitió que la guerrilla colombiana “debería considerar seriamente el llamado que le hemos hecho varios presidentes latinoamericanos porque el mundo de hoy no es el de los 60”.
“Deberían reconsiderar su estrategia armada porque no hay condiciones en Colombia para que ellos puedan tomar el poder. En cambio se han convertido en la principal excusa para que el imperio penetre Colombia para agredir desde allí a Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Cuba”, añadió.
Chávez planteó que el problema con Colombia hay que inscribirlo en la estrategia de Estados Unidos de elevar el nivel de tensión en el mundo y dijo que no es casualidad que simultáneamente hayan aparecido varios focos críticos, entre los que citó Irán y Corea, además de Irak y Afganistán.
“Están elevando las tensiones en el mundo. Fidel (Castro) ha advertido sobre el gran peligro de que se desate una guerra atómica en Oriente Medio y también allá en Corea, además de que continúan las guerras de Irak y Afganistán, todo esto dirigido por el Premio Nobel de la Paz, el señor Obama”, dijo Chávez.
A todo esto, el ex presidente argentino se reunirá este lunes con el presidente electo de Colombia, Juan Manuel Santos, en el marco de su visita a Buenos Aires, poco antes de asumir su mandato. Kirchner y Santos abordarán la grave crisis entre Colombia y Venezuela, en la que el secretario general de la Unasur está colaborando como mediador junto con el mandatario de Ecuador, Rafael Correa; el presidente de Brasil, Lula Da Silva; y otros mandatarios de la región, según precisaron fuentes cercanas a Kirchner.
Aunque el comienzo de la gestión de Kirchner en este tema parece, cuando menos, poco ágil, es de esperar que actúe con la rapidez y capacidad imprescindibles para detener el conflicto y acercar las partes a situaciones de pacífica convivencia pues, como se ha visto, estamos ante la preocupante posibilidad de un conflicto armado entre dos naciones de nuestro continente, una de ellas próxima a formar parte del Mercosur. Es, sin dudas, una situación que pondrá a prueba al Secretario General de la Unasur pero, fundamentalmente, probará si esta organización tiene razón de ser.
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