Opinion | 29 Jul Hoy es el Día Nacional de Lucha contra el SIDA, fecha fijada teniendo en cuenta el primer caso de la enfermedad en el Uruguay.
El SIDA sigue siendo un factor de preocupación para los sistemas sanitarios de todo el mundo por su alto impacto en la calidad de vida de las personas, la inexistencia de una vacuna para prevenirlo y, mucho menos, alguna forma de curarlo.
En algunos lugares del planeta la situación de los enfermos es altamente vulnerable y los contagios avanzan casi en progresión geométrica. Como dato, basta señalar que el 71% de los nuevos casos se localizan en el continente africano, mientras que a nivel mundial dos millones de personas mueren anualmente como consecuencia del VIH.
En otras regiones, el problema es que a pesar de los avances en los tratamientos contra el VIH, el acceso a los retrovirales imprescindibles para sobrevivir es profundamente dispar aún. Esta situación, según la Organización Panamericana de la Salud, se da en Latinoamérica donde en los últimos años se ha registrado un crecimiento del 25% en los casos.
La situación de Uruguay respecto a este asunto será divulgada hoy por las autoridades nacionales. Más allá de los números y las estadísticas el mayor problema termina siendo la actitud de las personas respecto a la enfermedad. Después de muchos años de campañas informativas y de sensibilización a la opinión pública la información disponible indica que la mayor parte de los uruguayos sabe qué es el SIDA, cómo se contagia y cómo prevenirlo. El asunto es que, también en este tema, como dice el refrán, del dicho al hecho hay un gran trecho.
En este sentido, una encuesta realizada por Equipos Mori para el MSP indica que el 69% de las personas identifica a las relaciones sexuales como vía de transmisión y el 80% identifica al preservativo como principal insumo de prevención del VIH. Sin embargo, en las personas que declararon tener relaciones sexuales en el último año, el no uso del preservativo en la última relación sexual es del 60%, lo cual señala que existe información sobre las formas de prevención del VIH, especialmente de la sexual, pero la incorporación de prácticas de menor riesgo aún es escasa. Información hay, prevención falta.