Opinion | 30 Jul Es, sin dudas, una buena noticia. En un viaje “relámpago” del Presidente Mujica a Buenos Aires se concretó el acuerdo que pone fin a un diferendo que desde hace años enfrenta a las naciones del Plata y que ha distorsionado las relaciones de dos países nacidos como hermanos.
El pacto zanjó finalmente las diferencias que mantenían ambas naciones y que habían obstaculizado las conversaciones que llevaban adelante los cancilleres, fundamentalmente por la pretensión argentina de que los científicos se instalaran indefinidamente en la pastera UPM.
Los principales puntos del entendimiento logrado en Olivos entre José Mujica y Cristina Fernández de Kirchner establecen la decisión de “Conformar en el plazo de 30 días, en el seno de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), un comité científico integrado por dos científicos uruguayos y dos científicos argentinos, a elección de cada país. La función de este comité será la de monitorear el Río Uruguay y todos los establecimientos industriales, agrícolas y centros urbanos que vuelquen sus efluentes al Río Uruguay y sus áreas de influencia”.
Se dispone también que “El monitoreo del comité científico de la CARU comenzará con la planta de Botnia-UPM y la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay. Seguirá en Argentina en un establecimiento, lugar a elección de la parte uruguaya. A partir de entonces continuará alternativamente en uno y otro país”.
El texto del acuerdo marca que “El número máximo de ingresos de control del comité científico en cada establecimiento a monitorear será de hasta 12 veces por año. Los resultados y conclusiones obtenidas por el comité científico serán elevados por la CARU al Estado correspondiente a los fines de que implemente las acciones que resulten pertinentes”.
“Cuando se trate de un monitoreo en la margen izquierda del Río Uruguay las acciones estarán a cargo de la Dinama (Dirección Nacional de Medio Ambiente de Uruguay), acompañada por el Comité Científico de la CARU, y se utilizarán para todos los monitoreos la normativa de la CARU y la uruguaya que sea de aplicación. Cuando se trate de un monitoreo en la margen derecha del Río Uruguay, las acciones estarán a cargo de la autoridad argentina de aplicación, acompañada por el antedicho Comité y se utilizarán para todos los monitoreos la normativa de la CARU y la argentina que sea de aplicación”.
Tras el anuncio, el presidente Mujica afirmó que “El acuerdo es estupendo, muy bueno” y manifestó su agradecimiento por la paciencia demostrada por el pueblo de Río Negro.
El canciller argentino a su vez calificó al hecho diciendo que “Hoy es un gran día. Hemos finalizado siete años de conflicto entre Uruguay y Argentina, comienza una nueva etapa”.
Por otra parte, el canciller uruguayo, Luis Almagro, informó a los líderes de la oposición sobre el acuerdo alcanzado con Argentina. Lacalle, Bordaberry y Mieres se mostraron muy conformes en general por el documento firmado que fue calificado como “bueno e igualitario”.
Mientras tanto, los activistas de Gualeguaychú se han llamado a silencio hasta el momento y no se sabe cómo reaccionarán ante el anuncio concretado.
La manera en que culmina este proceso representa sin dudas un éxito del Gobierno Nacional y particularmente del Presidente de la República que en definitiva llevó a cabo personalmente el manejo de las gestiones con la Primera Mandataria de la Argentina.
Cabe celebrar la disposición y habilidad con que se ha llevado adelante este proceso. Un conflicto iniciado por el uso de la fuerza por parte de unos pocos se dirime finalmente por el empleo del diálogo, la razón y la defensa de los intereses comunes.
Esperemos que nada se interponga en este logro (léase piqueteros) y que ambos gobiernos continúen por esta senda de diálogo fecundo para solucionar otros problemas que afectan a las relaciones bilaterales y que son de fundamental importancia para nuestra región.