Opinion | 03 Ago Uruguay cuenta con un fuerte y extenso entramado de organizaciones de la sociedad civil a lo largo y ancho del territorio nacional, las cuales cumplen un rol de singular importancia que a veces suele pasar desapercibido. Hombres y mujeres de distintas procedencias, realidades e intereses están vinculados, generalmente en forma honoraria, a estos grupos cuyo trabajo no siempre es visible pero sí muy necesario.
Como bien señala el libro “Avances y necesidades en el fortalecimiento de la sociedad civil uruguaya”, publicado este año, “la existencia de una sociedad civil activa y dinámica es un factor esencial tanto para el desarrollo social y económico como para el fortalecimiento democrático de cualquier nación”.
Esta característica de la sociedad uruguaya está presente con fuerza en Paysandú aunque cada una de las personas que conforman las organizaciones sociales no siempre tenga una conciencia del valor de su aporte a la comunidad.
Los vecinos que integran distintas ONG que persiguen fines de apoyo a otras actividades y personas, las comisiones de barrio o las que ayudan a instituciones se dedican en general a lidiar con lo cotidiano, atendiendo necesidades específicas relacionadas generalmente con la protección de la infancia, las políticas de género, la adolescencia y juventud, el desarrollo local, la generación de empleo y la salud preventiva, entre otros.
El punto es que al encarar tareas concretas inciden en lo colectivo y permiten el fortalecimiento de la sociedad. Hay muchos ejemplos y quizá desconocemos muchos más pero, a modo de referencia, cabe citar el gesto que ha tenido la Comisión Directiva del Barrio Covife.
Allí funciona una policlínica que fue clausurada en forma preventiva al detectarse la existencia de fallas en su estructura. El proceso para arreglarla podía llegar a ser largo ya que requería que técnicos de Montevideo viajaran a Paysandú para hacer una evaluación y posteriormente autorizar la obra, que correspondía hacer a ASSE puesto que si bien el local pertenece a Covife, su gestión es realizada por dicha repartición del Estado.
Atendiendo a esta circunstancia y a la necesidad de volver a tener la policlínica en el lugar cuanto antes --sus funciones habían sido redistribuidas a otras--, Covife hizo consultas técnicas y tomó la decisión de pagar los arreglos necesarios para que el lugar pudiera ser habilitado nuevamente.
Este gesto da cuenta una vez más cómo las organizaciones sociales realizan importantes aportes a la ejecución de políticas públicas así como del valor de nuestra sociedad civil, un entramado invisible que está muy vivo y nos conviene a todos que siga así.