Paysandú, Domingo 08 de Agosto de 2010

Viviendas para inundados y espacio para las aguas

Opinion | 06 Ago “En Paysandú la prioridad serán los inundados y las familias que cuenten con terrenos pero no puedan construir”, indicó el Director de la Unidad de Vivienda de la Intendencia de Paysandú, doctor Nicolás Olivera. El responsable de la repartición realizó estas manifestaciones tras haber participado, junto al asesor Bernardino Ayala, del acto de asunción de las nuevas autoridades de la Agencia Nacional de Vivienda.
Sostuvo además que “Al gobierno nacional le interesa apoyar proyectos concretos” señalando luego que “queremos que el Ministerio de Vivienda encuentre un buen co ejecutor en la Intendencia de Paysandú”. “La prioridad son las viviendas para sectores de bajos recursos, ya que para los de mayores ingresos hay planes específicos de la Agencia Nacional de Vivienda”, sostuvo a la vez que “Apuntamos a la cultura del esfuerzo, no habrá nada gratis para nadie”.
Siendo pues los inundados la primera prioridad de la Unidad de Vivienda de la Intendencia sanducera, cobra especial interés una investigación realizada por la Universidad de la República, concretamente por el grupo de trabajo Gestión Integral de Riesgo en Desastres y Emergencias Sociales junto con las unidades locales de extensión universitaria que estudiaron el impacto de las inundaciones en Durazno, Paysandú, Salto y Artigas entre noviembre del 2009 y marzo del 2010.
“La inundación irrumpe en la vida cotidiana, produce un caos, un desorden en el tiempo, en las rutinas”, indicó la integrante del grupo Graciela Loarche, psicóloga y profesora adjunta del Área de la Salud de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República.
Si bien los resultados obtenidos se refieren a la zona de Artigas, es lógico pensar que las conclusiones serán similares, por lo menos en la generalidad, a los de los evacuados de toda la zona costera.
Se indica que las personas pueden sufrir consecuencias orgánicas y emocionales debido a la situación que les ha tocado vivir. Muchos encuestados indicaron que ellos o sus familiares sufrieron dolores de cabeza, aumento de la presión arterial o dolores en el pecho. También se registraron problemas respiratorios y casos de diarrea, probablemente a raíz de la falta de higiene.
En resumen, muchos son los problemas personales que se unen a los principales que significan la pérdida material de viviendas, en muchos casos irrecuperables, así como la destrucción de enseres mientras que la vida se trastoca totalmente porque las enormes dificultades para movilizarse para quienes tienen trabajo, para asistir a los centros de estudio o para recibir asistencia en general.
También son hechos tremendamente perjudiciales el alojamiento en refugios temporarios, muchas veces con lógicos problemas de hacinamiento y la necesidad de recibir alimentos ya sea por imposibilidad económica de adquirirlos o por dificultades prácticas para la preparación de los mismos. Esto a su vez significa un fuerte gasto para la sociedad, que solidariamente se hace cargo de los traslados y la ayuda a quienes padecen estas situaciones, cada vez que el Paterno se sale de su cauce.
En definitiva, Paysandú tiene una larga experiencia en las desgracias y los problemas que causan las inundaciones y dado que no existe solución para impedir estos fenómenos naturales, lo más sensato es prevenir, es decir alejar los hogares de las zonas potencialmente propensas a ser cubiertas por las aguas.
Es entonces sumamente atinado que los inundados sean prioridad en los planes de la Unidad de Vivienda de la Intendencia sanducera, y los problemas que se plantean para la obtención o disponibilidad de terrenos deben ser resueltos ya sea con el aporte del Gobierno Nacional o con la buena voluntad de organismos del Estado que disponen de muchas tierras en los alrededores de la ciudad. Acaso, incluso, podría no ser una mala idea la de crear un conglomerado “satélite”, del tipo de Nuevo Paysandú, es decir no sólo viviendas sino también locales para la educación, atención de la salud pública a la vez que previendo la posibilidad de que se instalen dependencias comerciales.
Y, sin ninguna duda, al construirse las nuevas viviendas, que estén ubicadas donde sea que se disponga, para lo que será imprescindible la firme determinación de aplicar las disposiciones urbanísticas que se determinen para que no se vuelvan a levantar asentamientos en lugares que no son habitables por ser inundables y carecer de los servicios más elementales. Algo que oportunamente se puso en práctica y luego se ignoró con resultados realmente perjudiciales para todos.


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