Paysandú, Martes 10 de Agosto de 2010
Locales | 05 Ago El ingeniero Ricardo Carlstein, productor rural y fabricante de plantas de producción de biodiesel, efectuó ayer una extensa exposición ante periodistas sobre la viabilidad de la producción de este combustible en la planta municipal de Pueblo Esperanza, actualmente paralizada y en vías de reactivación por parte de la comuna. Junto al intendente Bertil Bentos, el director de Promoción y Desarrollo, Ramiro Díaz, y el responsable de la Unidad de Bio Combustibles y Energía Renovable, Manuel Bercianos, el experto argentino, quien colaborará en la modernización de las instalaciones de Pueblo Esperanza, inauguradas en diciembre de 2003, realizó una extensa exposición al respecto.
Bercianos aseguró que el ingeniero Carlstein dará “una mano desinteresada” en el proceso de reactivación de la planta, primera en el continente americano gestionada por un gobierno departamental. “Él nos dará una mano para ponerla con la última tecnología que existe, para producir biodiesel para la Intendencia”, explicó Bercianos.
El experto aseguró que el alcohol no representa “un biocombustible viable”, ya que “contamina durante su fabricación” y solamente puede utilizarse en determinado modelo de motor (de ciclo Otto), cuyo rendimiento es considerablemente menor al diesel (entre un 25 y un 40 por ciento menos). Respecto a la implantación del modelo productor de alcohol en Brasil, a través del programa Pro-alcohol, aseguró que responde a la influencia de grandes grupos económicos –del sector azucarero--, que desecharon el desarrollo del biodiesel e impulsaron la producción de etanol, actualmente presente en el 20% de las gasolinas del vecino país, donde además existen 7 millones de vehículos que funcionan en base a alcohol puro y está prohibida –por ley federal-- la venta de automotores diesel: “Los fabrican, los exportan, pero no los usan”, sostuvo Carlstein.
Aseguró que la realidad uruguaya, donde se importa el 40% de la energía, señala la necesidad de “prepararse para un futuro en el cual la energía será uno de los factores que van a permitir a los pueblos crecer y desenvolverse o estancarse”. Insistió en las ventajas del biodiesel respecto a los demás combustibles, incluso el gasoil, ya sea desde la vida útil del motor, hasta cuestiones ambientales y logísticas, ya que puede elaborarse en “el mismo lugar donde se lo utiliza”. Además, enumeró aplicaciones complementarias como la elaboración de jabones y como insecticida externo para la ganadería, al tiempo que señaló al biodiesel como un combustible cuya producción no es viable en el ámbito de grandes grupos económicos, sino a impulso de pequeños productores, lo que al mismo tiempo contribuye a la descentralización. “Todo eso bajo la órbita de la Intendencia. Trabajo sanducero, tierra sanducera, todo queda acá. Además, el combustible que la Intendencia necesita, se fabrica acá”, afirmó. El experto adelantó que la planta sanducera tendrá –inicialmente—una capacidad de producción “desproporcionada” en relación “a las necesidades de la Intendencia”, lo que equivale a 400 litros de biodiesel cada ocho horas. “En una segunda etapa, cuando se le agregue el tanque adicional para el decantado, se duplicará a 800 litros”, adelantó.
Carlstein contribuirá en el diseño de los planos de modernización de la planta de Pueblo Esperanza, en tanto la comuna estima que la inversión, a concretarse en los próximos meses, no será de gran envergadura. No obstante, aún es preciso ajustar detalles logísticos, como el abastecimiento de oleaginosas, imprescindible para la producción del biocombustible.
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