Paysandú, Martes 10 de Agosto de 2010

OPINIONES

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Locales | 08 Ago Entre Ser un número o ser un Ser Humano
Así pareciera considerar el señor Bertil Bentos y el equipo del nuevo gobierno departamental que “Toto” encabeza. Uno puede dar por hecho algo. Los números son nada más que eso: “números”. Fríamente saber que los contratos eran a término y ser consciente que la tarea que uno realizaba no es imprescindible.
Los números de contratos de quienes prestaban (prestábamos) servicio(s), comenzó a generar un ahorro importantísimo a las arcas del municipio. Pero he aquí estos números de contratos, y esos sueldos que percibían esos “números” fríos, son (somos) personas. Seres humanos que cumplíamos una tarea. La intención de este escrito no es para protestar por haber quedado cesante como docente de teatro en el Farol Comunitario Suroeste, en mis clases para niños en biblioteca Municipal, ni con las clases de teatro a jóvenes y adultos en Dirección de Cultura y en la ciudad de Guichón.
No. No se trata de eso. Hay políticas de gobiernos (cada cinco años) y políticas de Estado (que son las que deberían seguir). No tiene por qué saber el señor Bentos ni sus asesores del Palacio sobre cómo funcionan las clases (en este caso particular, de teatro). No tiene por qué saber el señor Bentos que existe un proceso de trabajo, una planificación y elaboración con objetivos concretos. Pero sí, es obligación saberlo el nuevo director de Cultura y sus dos coordinadores, que forman parte del equipo (educacionistas los tres). Acá se interrumpió un proceso educativo. Mi primera reacción era lógica: “si para ellos soy un número y generaré un ahorro de sueldo, imposible pretender ser tratado como un ser humano”, porque en realidad “ustedes sabían que el contrato era a término ¿verdad?”. Como me dijeron. Qué suerte no me sucede lo de Hamlet (ser o no ser), porque yo estoy convencido que no soy un número y como dice Alberto Cortés: “más allá de cualquier ideología soy parte del espacio, soy la vida, por el hecho de ser un ser humano”. Por esta vía (igual lo haré personalmente en su momento) aviso a mis alumnos y les agradezco públicamente todo lo que me han brindado en las clases. Me habría despedido en la última clase si desde la Dirección se nos hubiese anunciado como es debido. Me enteré el lunes 2 de agosto que mi contrato no se renovaba hasta nuevo aviso. Ya lo dijo William Shakespeare: “las improvisaciones son mejores cuando se las prepara”. La vida sigue. Y los proyectos personales también. Atentamente, Horacio Merlo, C.I. 3412745-2

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Por este medio queremos mostrar nuestra total disconformidad y desilusión con lo que se ha hecho en Guichón. Es tan fácil hablar, prometer en épocas electorales hasta hacer como un “caballito de batalla” el tema cultura. ¡Qué poca coherencia!, porque antes de un mes de asumido el cargo se olvidaron de todo.
De un plumazo nos sacaron al profesor de coro, Sr. Hugo Rodríguez, que venía todos los martes a Ajupegui y ya había actuado dos veces en nuestra ciudad con buen suceso. No solo eso sino también nos quedamos sin profesor de teatro, Sr. Horacio Merlo, justo en el momento en que se ensayaba una obra de Florencio Sánchez, “En familia”, en el año del centenario de su muerte y con la posibilidad de presentarla en nuestra ciudad, pueblos vecinos y en el hermoso teatro de Paysandú que lleva su nombre. Hemos perdido dos excelentes profesores y mejores personas. A la gente que realmente siente pasión por estas cosas nos desmoraliza y entristece.
Agradecemos el espacio que nos brindan, siendo el único medio de desahogarnos, sin ofender a nadie saludamos con el mayor respeto. CI. 3.539.347-4-CI. 3.849.305-9

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Trabajo… ¿Derecho o castigo?
¿Qué es la eventualidad? En mi opinión no es más que una estrategia perversa que atenta contra los derechos de los trabajadores. El trabajo es un derecho constitucional según expresa el artículo 7º de la Carta Magna de la República Oriental del Uruguay.
Reflexionemos los siguiente: por un lado el Estado uruguayo es considerado como modelo latinoamericano, al ser de los primeros países en lograr derechos sociales fundamentales de regulación laboral y seguridad social; actualmente el gobierno central celebra convenios con la OIT donde se compromete a regular y propiciar condiciones dignas para los trabajadores uruguayos. Pero paradójicamente por otro, el propio gobierno diseña contratos chatarra de corta duración donde se arrebata toda clase de derechos (por mencionar algunos: seguro de paro, derecho a la salud, licencia, salario vacacional).
De esta forma la Intendencia de Paysandú con la excusa de dar una oportunidad laboral a sus ciudadanos y (de paso reducir las estadísticas de desempleo), se ahorra la protección social que les corresponden a los empleados según encarga la propia constitución.
El 31 de julio cesaron en la Intendencia de Paysandú 310 contratos eventuales y 85 técnicos por arrendamientos de servicios. A través de este mismo medio, Heber Coello, el actual director General de Administración, manifestó que el no pago de dichos salarios implica para la Intendencia una economía de 3.500.000 pesos, y con esto me surgen algunas interrogantes: ¿la pérdida del trabajo de estos ciudadanos podría ser vista como un ahorro? ¿Qué porcentaje significa esta suma en el presupuesto mensual del municipio? ¿Dónde se encuentra el ahorro?
Es importante destacar que principalmente estos trabajadores (eventuales) se dedicaban a actividades como recolección, barrido, limpieza, mantenimiento de espacios públicos, etcétera, y la mayoría de ellos entraron por sorteos públicos y/o concursos.
Si una empresa privada contrata a un empleado, cuando cesa dicho trabajo al trabajador le corresponde por ley y si el mismo genera los jornales necesarios por supuesto, un seguro de desempleo. Estos ciudadanos que contrató “eventualmente” (y desde hace muchos años ya) la Intendencia, se quedan literalmente en la calle sin protección ninguna.
Quiero expresar que detrás de estos trabajadores que quedan en la calle hay familias que muchas veces se quedan sin hogar y sin tener para comer, ¿Dónde están sus derechos? Aquí estamos ante un tema de supervivencia. Yo me pregunto, ¿dónde está la sensibilidad y la humanidad de los uruguayos?
Es muy duro pensar la angustia que implica para una familia la pérdida del trabajo cuando este es el único sustento del hogar y peor aun la incertidumbre de no saber qué hacer cuando no se cuentan con las herramientas requeridas para competir en las escasas oportunidades que ofrece el mercado laboral local.
Adeyom, antes de las elecciones departamentales planteó a todos los precandidatos la necesidad de existencia de “un contrato único” para todos los trabajadores de la Intendencia, para terminar con los distintos rótulos (“Rubro 3”, “eventuales”, etcétera) en los contratos que en definitiva terminan siendo la explotación del hombre por el hombre. A nivel nacional se planteó “a función permanente funcionario permanente”.
Además parece ser que la lógica político partidaria castigara a estos trabajadores por la simple sospecha de tener una determinada ideología política, moviéndolos como si fuesen fichas que estorbaran cuando a través de estos prejuicios se acciona desestimando y subestimando la capacidad intelectual y productiva de los trabajadores. Expreso que no hablo únicamente de la actual administración.
El entramado social muestra hoy variados signos de fractura y los trabajadores ante la pérdida de su trabajo muchas veces prefieren la frustración individual antes que la movilización colectiva por sus propios derechos. ¿no es el trabajo el principal factor de integración de nuestra sociedad? Concluyo que la dirigencia política une a las masas únicamente para votar, pero luego la solidaridad se esconde en los bolsillos y reitero no hablo únicamente de la nueva administración. Será que Paysandú, líder en cuanto a sus organizaciones sociales, merece esta clase de decisiones. C.I. 4.1759967


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