Opinion | 05 Ago La rica biodiversidad del río Uruguay será utilizada con fines educativos en el marco de un programa dirigido a instituciones escolares de la vecina ciudad de Colón. La propuesta incluye presentaciones en escuelas, que serán realizadas por la Municipalidad en coordinación con el personal técnico del Parque Nacional “El Palmar” (Entre Ríos).
De acuerdo a lo informado, en estas charlas se buscará dar a conocer la importancia, belleza y complejidad del ecosistema de costas e islas del Río Uruguay, constituyendo un entramado biológico que cumple innumerables funciones e interacciones naturales que debemos conocer para desarrollar conciencia ambiental en pos de la conservación y aprovechamiento comunitario.
El objetivo que se persigue es que las nuevas generaciones puedan conocer a fondo el río para que estén en mejores condiciones para cuidarlo. Porque es verdad que no se cuida lo que no se quiere y es imposible querer lo que no se conoce.
Desde esta perspectiva el programa buscará destacar los valores sociales y ambientales vinculados al río, además de promover actitudes de conservación del paisaje ribereño.
Aunque se ha procurado difundir por distintos medios, en ambas orillas –aunque principalmente desde el lado uruguayo-- sigue siendo aún bastante desconocida la belleza natural del ecosistema de este curso de agua tan compenetrado con el ser litoraleño, al que los primeros pobladores de estos lugares llamaron con acierto “río de los pájaros pintados”.
Los pájaros --de los que hay 260 especies relevadas en la zona según un libro publicado el año pasado por la Comisión Administradora del Río Uruguay y que constituye un muy buen aporte para paliar el vacío existente en el material didáctico para los establecimientos de educación primaria y secundaria, en lo que respecta al conocimiento de este ecosistema-- no son lo único valioso que hay en el río. Su fauna y flora nativa también es abundante, convirtiéndolo en un verdadero corredor biológico que debemos proteger y preservar.
En ese sentido, congratula la existencia de iniciativas como la que referimos, que son necesarias también en nuestro Departamento, así como el hecho de que Uruguay y Argentina hayan acordado finalmente un plan de monitoreo científico de la calidad de sus aguas, algo que debería haberse iniciado hace mucho tiempo.