CASA MÁSCOLO

Locales | 06 Ago Su origen se remonta al año 1929. Comenzó en un pequeño y modesto rancho, pero con el transcurso del tiempo se transformó en un gran comercio que abastecía a la localidad, poblados vecinos e incluso ciudades de otros departamentos. Propiedad de don Francisco Máscolo, el comercio creció al ritmo impuesto por una demanda en ascenso. Comestibles y prendas de vestir, artículos de bazar y electrodomésticos, mueblería y ferretería, así como acopio de granos, insumos agropecuarios y maquinaria agrícola, además de venta de lubricantes y combustibles. Una amplia oferta para un negocio que operó como estación ESSO y donde el cemento Portland, podía adquirirse a mejor precio que en la ciudad de Paysandú.
Fue distribuidora exclusiva de una de las marcas de cerveza de mayor renombre y llegó a contratar a más de 40 empleados.
En sus orígenes se dedicó exclusivamente a la venta de comestibles, pero poco a poco se transformó en barraca de lana y trigo, al tiempo que anexó maquinaria agrícola, convirtiéndose en uno de los primeros comercios en vender tractores Massey Fergusson, con ruedas de hierro, muy diferentes a los que se comercializan actualmente. La firma operó hasta los primeros años de la década del 80 y, según se desprende del relato colectivo, fue un lugar de encuentro ineludible. Por las noches, las iluminadas vidrieras del comercio atraían a quienes salían a pasear por el pueblo, en tanto los gurises pasaban horas mirando a través del vidrio alguna película por los televisores en blanco y negro que exhibían como gran novedad.
Casa Máscolo fue – durante muchos años – un comercio referente en una comunidad en donde varias generaciones adquirieron productos y servicios para satisfacer sus necesidades. La capacidad de servicio de sus propietarios se tradujo en la entrega de pedidos en sitios tan distantes como Las Delicias, Arroyo Malo, Quebracho, incluso en las ciudades de Salto y Paysandú.