Opinion | 08 Ago Un 17,2% de los jóvenes uruguayos de entre 20 y 24 años se encuentra desempleado y sólo el 36,5% de las personas jóvenes de entre 20 y 29 años terminaron enseñanza media. Las cifras, presentadas recientemente por la Unidad de Estudios y Análisis de Juventud del Instituto Nacional de la Juventud (Mides), dan cuenta de una realidad que enfrenta buena parte de los jóvenes uruguayos sin que hasta el presente se hayan logrado instrumentar políticas activas de empleo juvenil y programas que eviten la deserción estudiantil.
Si bien son bastante conocidos los problemas que enfrentan los jóvenes en relación a la educación y el trabajo, las cifras aportadas por esta unidad --que tiene como objetivo recabar y generar información acerca de la situación de adolescentes y jóvenes así como monitorear las políticas e iniciativas diseñadas para los mismos-- deberían al menos llamar la atención y promover una reflexión seria en la sociedad y quienes fijan las políticas nacionales sobre las causas de esta situación y sus posibles soluciones.
En lo que refiere al empleo, los datos reflejan lo que muchos jóvenes han debido enfrentar cada vez que buscan empleo y se les cierra la puerta aunque nada se dice sobre la gran cantidad de jóvenes que trabajan en “negro” perdiendo no sólo los beneficios sociales de los que disponen otros trabajadores sino años de aportes a la seguridad social que algún día se les exigirá para jubilarse.
En cuanto a la educación, la pretendida universalización del acceso está muy lejos de ser garantía de permanencia y el sistema educativo aún no ha dado en el clavo sobre cómo abatir la deserción estudiantil y promover en forma eficiente la reinserción al estudio aunque --es necesario decirlo-- cada vez se flexibiliza más el acceso al egreso de Secundaria.
Nuevamente se habla ahora de promover leyes que establezcan incentivos para empleadores que contraten jóvenes y sería bueno que existieran y fueran eficaces, pero lo que es más necesario aún es buscar formas de que puedan estudiar y capacitarse para estar en mejores condiciones para competir por un trabajo digno en el mercado laboral, establecer pasantías y diseñar programas que les permitan ir preparándose y conociendo el mundo del trabajo sin dejar de estudiar. No es imposible y en nuestro país existen organizaciones no gubernamentales que realizan este tipo de capacitaciones y tienen probada experiencia en la materia. Tener mayor información más posibilidades reales de opciones a mano permitirá, sin duda, tomar mejores decisiones a nuestros jóvenes.