Opinion | 17 Ago Con motivo del Día Internacional de la Juventud y en el transcurso del denominado “Mes de la Juventud” el gobierno nacional rindió cuentas sobre sus proyectos para este sector de la sociedad, asumiendo compromisos en materia de salud, empleo, educación y vivienda para jóvenes.
El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Eduardo Brenta, reconoció que el desempleo en los jóvenes (menores de 29 años) triplica el desempleo global, en la mayoría de los casos se trata de mujeres de baja calificación, y entre sus propuestas destacó las de profundizar programas de la Junta Nacional de Empleo; promover un ciclo de responsabilidad social empresarial juvenil en coordinación con el LATU; rediseñar programas para incorporar oportunidades reales de empleo (trabajos con todos los derechos), capacitar a por lo menos 11.000 jóvenes a través del Instituto Nacional de Empleo; impulsar pasantías (3.000 en el sector público y 7.000 en el privado); definir que el 35% de los cupos laborales se destinen a jóvenes y crear 40.000 puestos de trabajo en el quinquenio.
El ministro de Cultura, Ricardo Erlich, se comprometió a disminuir las inequidades sociales y territoriales y a implementar un sistema de becas (se otorgarían 25.000) acompañadas por un sistema de tutores y a promover el acceso y disfrute de los bienes culturales.
Héctor Lescano, ministro de Turismo y Deporte, llamó a respetar los derechos de los jóvenes, entre ellos, al turismo y la recreación y dijo que existen acuerdos con las intendencias para promover el turismo social entre este sector poblacional.
En su intervención, la ministra de Vivienda, Graciela Muslera, anunció el impulso de planes para que los jóvenes estudiantes pudieran acceder a los alquileres para vivir en condiciones dignas, así como a la necesidad de brindar ayuda a estudiantes con hijos.
Desde el área de la salud, el ministro Daniel Olesker recordó la creación de una Unidad de Asesoramiento en temas de salud juvenil y anunció que junto al Mides, INJU y otras organizaciones se crearán consejerías para adolescentes, se fiscalizará el consumo de sustancias por medio de redes y policlínicas y que será flexibilizado el acceso a métodos anticonceptivos de bajo costo.
Sería bueno que todos estos enunciados, proyectos, planes y propuestas que contemplan distintas facetas del ser joven --muchas de ellas muy postergadas-- puedan concretarse en el corto plazo ya que mucho pueden aportar a la búsqueda de soluciones para necesidades y problemas de los jóvenes uruguayos, los que, según una reciente encuesta, a pesar de todo son optimistas sobre su futuro. Todas estas “cosas de jóvenes” son también muy importantes para el país y sus posibilidades de desarrollo. Conviene recordarlo.