Opinion | 18 Ago El Poder Ejecutivo enviará en los próximos días al Parlamento un proyecto de ley por el cual se incrementará el tope del Seguro de Enfermedad, en un paso que apunta a reparar parcialmente un acto de injusticia y desamparo que comete el Estado contra los trabajadores que por un quebranto de salud deben pasar al Seguro por Enfermedad.
Insólitamente –o no tanto-- éste iguala hacia abajo la situación de los trabajadores al establecer un ridículo tope de 6.000 pesos mensuales para todos los asalariados cualquiera sea su ingreso, cuando se ven imposibilitados a desempeñar su tarea laboral por razones de salud, por lo que durante este período el dependiente deja de percibir sus ingresos normales y pasa al “beneficio” del seguro, que uno o dos meses después le abonará el 70 por ciento de lo que gana… hasta seis mil pesos.
En los hechos, cuando el asalariado además debe incurrir en mayores gastos por el pago de tiques de consultas, medicamentos y análisis, entre otros gastos adicionales, queda “colgado del pincel”, dependiendo de la disposición de la empresa. Aunque a veces esta está dispuesta a cubrir parcialmente la diferencia con una especie de crédito “puente”, con la firma de un convenio entre la patronal y el sindicato –que rige en algunas empresas— y la buena voluntad del almacenero hasta que pueda superarse el mal momento, aunque UTE, Antel, el gas, las tarjetas y las cuotas no esperan, en el marco del presupuesto que se ha hecho cada hogar en base a los ingresos normales. Según fuentes del Ejecutivo, la idea es ir reparando este agujero que perjudica al trabajador y agrava su problema mediante un incremento progresivo del tope en todo el quinquenio, pero siempre en el 70 por ciento del total.
La iniciativa, que ya contaría con el respaldo del Ministerio de Economía y Finanzas, el de Trabajo y Seguridad Social y el de Salud Pública, prevé además exonerar de aportes patronales a las empresas que complementen el pago del seguro hasta llegar al salario del trabajador, lo que se hace actualmente a través de convenios en grandes empresas o por las que tienen Cajas de Auxilio.
El punto es que en la actualidad si un trabajador comprendido en el Sistema Nacional Integrado de Salud se enferma, el Banco de Previsión Social (BPS) le paga por mes el 70% de su salario pero con un tope que es de tres bases de prestaciones, equivalente a unos 6 mil pesos, lo que quiere decir que si un empleado gana, por ejemplo, 30 mil pesos y se enferma cobrará por seguro solamente esos 6 mil pesos por mes y pierde definitivamente la diferencia.
El año pasado el representante en el Banco de Previsión Social por los trabajadores, Ariel Ferrari, presentó una iniciativa por la cual se proponía el aumento de tres bases de prestaciones a ocho, pero el planteo no tuvo eco en la entidad ni en el Poder Ejecutivo, que aludió reiteradamente a “espacios fiscales” para varios destinos pero que sin embargo nunca se utilizaron para atender estas necesidades básicas de los trabajadores.
El aumento del tope de Seguro por Enfermedad había sido una de las promesas en la campaña y uno de los anuncios al asumir el nuevo gobierno de José Mujica. “Es la injusticia frente a la situación que se da cuando un trabajador se enferma y está todo un mes certificado y el BPS paga tres bases de prestaciones. Nosotros habíamos planteado ajustarla al mismo tope que tiene el seguro de paro, que son ocho”, dijo en su momento Ferrari.
El proyecto de elevación del tope de Seguro por Enfermedad está siendo discutido y es negociado desde hace algunas semanas en el seno del Poder Ejecutivo y se propone que el aumento sea progresivo hasta llegar a los 16 mil pesos a fines del quinquenio, lo que si bien mejoraría la situación deja también al margen a numerosos trabajadores a los que sin embargo se les descuentan aportes por el total de lo que ganan y no por los topes que se les imponen.
El costo adicional de este acto de reparación es de unos 20 millones de dólares, es decir una suma menor dentro del Presupuesto Quinquenal, donde se habla de atender injusticias, discriminaciones y sectores sumergidos, pero en el que por ahora se sigue castigando al trabajador y se lo deja a la intemperie por sufrir un quebranto de salud, mientras hay áreas del Estado en las que ni siquiera se descuentan los días de paro. Es que por más vueltas que se le den, siempre hay hijos y entenados, cualquiera sea el color del partido que está en el gobierno.