Locales | 16 Ago Luego de la misa concelebrada ayer por la tarde por el obispo de Salto, monseñor Pablo Galimberti y los padres Antonio Mazza, Pedro Silva, Carlos Bajac y Justo San Francisco, se efectuó la bendición de la pintura del ábside del altar de María Auxiliadora y del histórico reloj de la Basílica “Nuestra Señora del Rosario y San Benito de Palermo”, primera fase del proceso de restauración del templo.
En el histórico edificio se vivieron momentos de mucha emoción, así como expresiones de conformidad por la obra artística del ábside del altar de María Auxiliadora, restaurada por Cecilia Camacho, en colaboración con Hugo Varela, del estudio de los arquitectos Collet-Neri.
Explicó el padre Antonio Mazza, en su calidad de cura párroco, que del mismo modo se verá el resto de las pinturas originales al finalizarse la restauración pictórica, que comenzará una vez que se solucionen los problemas en el techo y se controlen las humedades interiores. Dijo a EL TELEGRAFO estar “muy satisfecho con la presencia del obispo Galimberti y de toda la gente, ya que la comunidad nos respondió muy bien. La verdad que María Auxiliadora siempre congrega a los seres humanos y esperemos que ahora nos ayude a poder restaurar la Basílica”. En una de las naves laterales se colocó una fotografía aérea de los techos y otra similar, pero con cubierta de mosaicos, cada uno de los cuales –explicó Mazza-- representa el aporte individual de 3.000 pesos que se requiere para la finalización de la obra.
Existe confianza --como lo indicó el obispo Galimberti-- de que “en conjunto todos vamos a ir poniendo cada uno nuestra contribución. Unos en primera fila y otros con sus aportes silenciosos, algunos rezando. Habrá quienes desde lejos, a través de alguna comunidad, harán sus aportes, pero de un solo lado las cosas no salen. Tenemos que empujar juntos”.
Para finalizar, una campanada
Ya fuera del templo, durante la bendición del reloj inaugurado el 12 de marzo de 1880 y que fuera reparado a nuevo por el sanducero Omar Ponteprino, se vivieron momentos de alegría y hubo sonrisas nerviosas, ya que el obispo Galimberti accedió a subir en la canastilla del camión elevador de la Intendencia hasta donde fuera posible, para dar la bendición al reloj y a los fieles. “No saben ustedes el espectáculo que se pierden desde aquí”, dijo desde lo alto, agregando que “el funcionario de la Intendencia aquí a mi lado, precisamente se llama Carlos Bosco (alusión a San Juan Bosco, creador de la Congregación Salesiana). Estoy en buenas manos”, dijo el obispo, motivando la sonrisa de todos. En diálogo con EL TELEGRAFO, dijo que “el hecho de que la Basílica sea Monumento Histórico Nacional, quiere decir que no nos aislamos de toda la sociedad nacional para mantenerla. Precisamente quiero agradecer a los funcionarios municipales, con su camión elevador, que nos han permitido la bendición al reloj que ha sido restaurado, está funcionando nuevamente y presta un valioso servicio a la población sanducera”. Al concluir la ceremonia religiosa, se escuchó la campanada correspondiente a las 20.30, lo que motivó el aplauso de los fieles ubicados en la explanada Este de Plaza Constitución. El padre Antonio Mazza en tanto, destacó la capacidad y el aporte de Omar Ponteprino, responsable de la restauración del reloj.
Construir con energías del pasado
Monseñor Galimberti concluyó que la restauración de la Basílica “no solo es una necesidad, sino también un desafío muy grande para que los lugares de nuestra memoria se mantengan vivos. Ello será la expresión de que queremos nuestra historia y queremos nuestro presente, que también se construye con las energías del pasado. Debe quedar para futuras generaciones, porque esto no es propiedad de la Iglesia o de la comunidad que hoy esta aquí, es del pueblo. Nosotros asumimos la responsabilidad de mantenerlo vivo para que lo disfruten, y que sea a su vez un símbolo de la fe católica, del patriotismo y heroísmo de Paysandú”.