Opinion | 19 Ago Las radios han comenzado a pasar old hits y, como ocurre cada año, el asunto se está instalando en la conversación cotidiana: se viene la Noche de la Nostalgia, un invento uruguayo que moviliza todos los rincones del país y a todas las generaciones.
Después de más de treinta años de existencia, la noche más emblemática del calendario se ha vuelto un clásico y cada 24 de agosto, en víspera de la Declaratoria de la Independencia miles de personas en todas las ciudades del Uruguay salen a las calles, convirtiéndola en la más movida del año en materia de boliches, bailes y cenas bailables.
La celebración fue creada por Pablo Lecueder (Director de Océano FM) con el fin de recordar y bailar viejos éxitos y hoy es una fiesta nacional que comprende amplias variantes musicales convirtiéndose además en un punto alto en la actividad comercial.
Tal magnitud ha cobrado el evento que hace unos años el gobierno nacional hizo una ley –la 17.825—para denominar a la noche del 24 de agosto de cada año “Noche de la Nostalgia” y establecer que el Ministerio de Turismo la incluya en los eventos de carácter turístico, promocionándola en el exterior a través de embajadas, consulados y oficinas comerciales.
La idea es salir a bailar, recordar viejos éxitos y viejos tiempos. Las propuestas son múltiples y diversas… desde cenas show, bailes hasta fiestas familiares. La consigna en todos lados es la misma: pasarla bien.
Sin embargo, sucede que hay quienes entienden que el “pasarla bien” incluye combinar ingesta de alcohol con velocidad, convirtiéndose en un peligro para el resto de la multitud que circula esa noche por las calles ya que se trata de una noche que moviliza a más de medio millón de personas en el país. Es por eso que en estos días las intendencias y Policía Caminera ajustan detalles para lo que será el operativo de control y fiscalización del tránsito apuntando fundamentalmente a la prevención de accidentes y a insistir en la no ingesta de alcohol entre los conductores de vehículos.
La campaña de concientización e información es apoyada desde la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev), que apuesta a repetir los resultados de 2008 y 2009, cuando no se registraron muertes ni heridos de entidad en siniestros de tránsito. Lograrlo no depende de los inspectores ni de la publicidad que exhorta a conducir con cuidado sino de cada de los que salen a la calle. Una vez más, la gente es el principal protagonista y responsable de que la Noche de la Nostalgia no se transforme en pena.