Opinion | 27 Ago Recientemente el Directorio de UTE resolvió autorizar un plan de regularización para la deuda de casi 320.000 dólares que el multimedio del matutino capitalino La República mantenía con el organismo por incumplimiento en el pago del servicio. La deuda se generó durante tres años a partir de 2007, durante los cuales el grupo de empresas integrado por La República, AM Libre y TV Libre no pagó por la electricidad que consumía.
Esto de por sí resulta llamativo, por cuanto cualquier vecino que le deba a UTE o a cualquier otro organismo del Estado más de tres meses se le corta el servicio sin más trámite, pero mayor aún es la injusticia que comete el ente energético al resolver el cobro mediante un canje de publicidad en los próximos cinco años. Este procedimiento genera un muy mal antecedente para el Estado y a la vez, va en contra de las políticas que promueve la actual administración, de justicia en la distribución de la publicidad oficial, ya que en este caso en particular se deberían destinar unos 64 mil dólares por año a un grupo de medios sin ningún criterio que lo justifique. A modo de ejemplo vale citar que la totalidad de la prensa del Interior, que llega al 50% de los lectores de diarios y semanarios del país, recibió publicidad del organismo en cuestión por tan solo 15 mil dólares en 2008, por lo que para justificar una “inversión” anual tan abultada en el rotativo capitalino este debería vender al menos cuatro veces más diarios que los más de 70 periódicos que se publican en el Interior juntos, lo que a todas luces es descabellado. Sin embargo este favoritismo velado no resulta extraño para la prensa del Interior, que desde siempre ha sido relegada en sus justos reclamos de una distribución equilibrada de la publicidad oficial, que pagamos todos los uruguayos. Sin ir más lejos, ese mismo año UTE gastó un total de 145 mil dólares en los medios “nacionales”, nueve veces más que en los del Interior. Aún así este balance resultó bastante favorable si se tiene en cuenta la totalidad de los organismos del Estado, que en promedio destinaron tan solo el 3% de de los recursos en publicidad en prensa fuera de Montevideo.
Cada cierto tiempo estas irregularidades salen a la luz por intereses políticos, como sucedió con el con sonado caso del procesamiento por fraude y abuso de funciones del anterior director de OSE, Justo Amaro, quien justificó su proceder en que estas prácticas se hicieron desde siempre y se siguen haciendo, aportando datos sobre un gasto de más de 200 mil dólares en publicidad del ente del agua en el período 2005-2010. El actual secretario del organismo, Daoiz Uriarte, respondió inmediatamente a tales acusaciones, aclarando que en el período 2005-2010 no se realizaron campañas, sino pautas consideradas “presencia institucional” referidas al cambio del sistema comercial, el ahorro de agua y la instrumentación de nuevas conexiones. Dijo que “Cuando nosotros, en la actualidad, aprobamos esa resolución de 200.000 dólares, es una resolución que implica asignación de publicidad para todo, es decir televisión, radio y prensa escrita, que se distribuye de acuerdo a criterios de imparcialidad y objetividad de acuerdo a las mediciones objetivas que surgen de los marketing y de las mediciones que existen en el mercado”, y que “esto es muy distinto a lo que se hacía antes porque se distribuía, como demostraron las investigaciones y se envió a la Justicia, la publicidad de una forma absolutamente arbitraria, donde el 80% de la publicidad, o más, era destinada exclusivamente a los departamentos de los que eran los directores, en particular San José, Florida y Durazno, y esto es lo que está demostrado”. Sin embargo, según datos brindados por el propio organismo a la Organización de la Prensa del Interior (OPI), sólo en 2008 OSE gastó más de 370.000 dólares en publicaciones de prensa escrita, de los cuales los medios del Interior recibieron apenas 16 mil, algo más del 4%. Esto habla muy mal de los estudios de marketing por los que OSE asigna la publicidad, que contrasta groseramente con las encuestas que todos los años realiza la OPI a través de Equipos Mori, además que es obvio que la cifra que tanto Amaro como Urioste manejaban para el quinquenio dista mucho de lo que en realidad se gastó. Pero en definitiva este hecho es anecdótico, y el común denominador es y ha sido siempre que no importa la penetración de los medios ni la venta real que tengan, los que se llevan la parte del león son los de la capital, por aquello que los políticos solo ven a los que se exhiben en el kiosco de en frente al Palacio Legislativo.
Quizás el antecedente de La República sea la solución para que los medios del Interior finalmente reciban lo que por derecho les corresponde de los millones de dólares que el Estado gasta en publicidad, generando deudas millonarias con los entes que de mantenerse el mismo criterio, serían luego canceladas mediante un canje.