Paysandú, Miércoles 01 de Septiembre de 2010
Opinion | 30 Ago En respuesta indirecta a los sindicatos, fundamentalmente de estatales, que en los últimos días han desatado una ola de paros por reivindicaciones salariales, el presidente José Mujica visitó una empresa recuperada por los trabajadores, gestionada bajo la modalidad de cooperativa de producción. Tras una recorrida por Envidrio, en el Polo Tecnológico del Cerro en Montevideo, el mandatario habló de “multiplicar la riqueza” y rechazó “las pancartas, las marchas y las horas de paro”, a la vez que exhortó a tener “responsabilidad con el trabajo” y tener la “crudeza” de decirle “a un compañero de toda la vida: `vos no servís para esto, carretera`”. Asimismo, pidió “flexibilidad” para tejer alianzas con los empresarios que tienen el capital y conocen cómo funciona el mercado. “No seas nabo, ubicate en el mundo en el que vivís”, apuntó el mandatario en su particular estilo. Claro, el jefe de Estado envió un ‘tiro por elevación’ a los funcionarios públicos sindicalizados en COFE, que reclaman mejoras salariales equivalentes a un régimen de 40 horas semanales, pero solo trabajando 30, lo que se agrega a los beneficios de inamovilidad, goce de régimen especial de feriados y exigencias muy limitadas en cuanto a despliegue y rendimiento, ante un “patrón” muy tolerante al que además le dan una prestación con muy baja productividad, por decir lo menos.
Precisamente, como bien señalara en las últimas horas el ministro de Trabajo y Seguridad Social Eduardo Brenta, el punto es que ceder ante esta exigencia incorporada como sin querer, que implica un salario mínimo de 14.400 pesos, “enganchado” a la vez con un aumento general a quienes por supuesto perciben más de esa cifra –que no pertenecen a los sectores sumergidos ni mucho menos— no tiene en cuenta al supuesto beneficiario de esa tarea, es decir al ciudadano común, que no vería traducido en mejores servicios y atención el dinero extra que sacará de sus bolsillos para pagar estos incrementos sino que al contrario, se encontrará ante menos dedicación horaria de sus supuestos “empleados” (por lo menos así deberían ser en teoría). Toda esta ‘movida’ sindical en el Estado tiene un denominador común: lograr mejoras salariales en el presupuesto quinquenal, que el gobierno enviará al Parlamento el martes 31. Pero de paso, según manifestaron encargados de personal de reparticiones del Estado a “El País”, se registraron “muchas” solicitudes de día franco para el viernes, y de esa forma no se trabajó tres de los cinco días hábiles de la semana: el feriado del miércoles por el 25 de agosto, el paro del jueves y el “franco” del viernes, que se agregó al fin de semana, por lo que se concretó al fin y al cabo una “minilicencia” de cinco días para los estatales que adhirieron a la medida de fuerza. En su visita a Envidrio, el presidente dijo que “no se multiplican las pancartas, los letreros, las marchas, las horas de paro; se multiplican las botellas, la riqueza, lo que se reparte, y las soluciones materiales que muchísima gente precisa”, y manifestó que “ojalá podamos multiplicar estas experiencias, por eso para mí tiene el verdadero valor de un banco de pruebas”. Consideró que la experiencia de esta empresa es “un taller de convivencia social de cosas distintas, pero que conviven luchando por multiplicar los panes y cumplir con el hoy”. Esta convivencia --añadió-- ha permitido que “un puñado de trabajadores pudiera cumplir el sueño de ser autopatrones, pero no para tener a otros trabajando para ellos” sino para “asegurarse una fuente de trabajo y manejarla con sus criterios”; para acotar que “al mismo tiempo tuvieron que aprender las penurias de ser empresarios porque no se puede ‘tirar manteca al techo’ ni despilfarrar lo que no se tiene”.
Añadió Mujica que otra condición necesaria es tener “flexibilidad” para tejer alianzas con aquellos que tienen capital y conocen cómo funciona el mercado. “Tenés que hacer alianzas con las transnacionales y venderles. ¿Te pasaste al imperialismo, perdiste la vergüenza, la virginidad? No seas nabo, ubicate en el mundo en el que vivís”, reflexionó Mujica. El aggiornamiento del titular del Ejecutivo implica romper con los tradicionales moldes y prédica de la izquierda, de la que ha hecho gala el Frente Amplio cuando estaba en la oposición, en estrecha alianza con los dirigentes sindicales que ahora no salen de su asombro por lo que ha manifestado el mandatario, cuando señala lo que tantas veces se le ha criticado a los gobernantes de las administraciones de los partidos tradicionales, sobre la necesidad de asociar el capital y el trabajo para aumentar la riqueza y beneficiar a unos y otros, dado que a la vez el aumento de la productividad significa poner al alcance de la población bienes y servicios más baratos y en suma mejorar su calidad de vida. Pero claro, estos conceptos suenan a herejía para determinados sectores que siguen resistiéndose a asumir la “cultura de gobierno” que colide con los eslóganes de cuando se estaba en la oposición, y dirigentes sindicales que han hecho de la lucha de clases su bandera y se han mantenido ajenos a cómo ha evolucionado el mundo, a la caída del socialismo real por utopías como las que siguen pregonando, y siguen considerando además que todo debe provenir del Estado, como si éste fuera un barril sin fondo y el ciudadano no tuviera que poner peso sobre peso, día tras día, para poder sostenerlo, junto con sus funcionarios.
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