Escribe el Dr. Rodolfo Canabal

Locales | 31 Ago La información que EL TELEGRAFO insertó en fecha reciente sobre la reunión que quienes encabezan las jerarquías de Unasev, o sea la Unidad Nacional de Seguridad Vial, realizó en Paysandú con representantes de la entidad en Artigas, Bella Unión, Salto y Paysandú, y con funcionarios municipales con similares competencias, es sin lugar a ninguna duda muy buena noticia, pues significa poner en marcha progresivamente en escala nacional seria preocupación por impulsar el correcto ordenamiento del tránsito. Es que, como con reiteración se ha dicho por muchos observadores de la actual realidad en esa materia, también en esta columna, la gravedad a la cual ha llegado tal verdadero problema es muy grande, tiene extensión nacional, comprende tanto los centros urbanos como las rutas, y se ha agravado en los últimos tiempos por el incremento vehicular, que es alto, en el cual incidió muy agudamente el alto número de motociclistas, pues además de sumar al problema elevado porcentaje de incumplidores de las normas reglamentarias, acrecentó la inseguridad en los accidentes.
Lo que más llama la atención en materia de tránsito, particularmente a quienes hemos tenido oportunidad de visitar otros países, y de conducir en ellos, europeos o norteamericanos especialmente, es la extensión que claramente aquí se observa en materia de incumplimiento de las normas creadas justamente para la regulación del tránsito, incluidas aquellas cuya inobservancia crea más alto grado de riesgo. Y ello alcanza tal extensión que hasta se ha muchas veces aludido a que el nuestro es un tránsito “sin normas”. Y ello se da no obstante ser muy claro que ajustarse al conducir al contenido de las normas mejora el nivel de seguridad, algo que la mayoría de los que no cumplen las normas no ha logrado advertir porque, otro hecho insólito, es altísimo el porcentaje de quienes no tienen clara idea de lo que las normas disponen, y por tanto de los graves incumplimientos en que incurren.
Sería muy largo este comentario si se insertara la serie de incumplimientos que se advierte diariamente; por ello sólo se aludirá a algunos.
No han advertido, ni por tanto tienen noción muchos conductores, de la importancia que tiene respetar la “senda” por la cual se circula; es frecuente que se cambie de senda, hacia derecha o izquierda, si la ruta (calle o carretera) tiene curva hacia derecha o izquierda (como si se circulara por una pista de carreras) y ello se hace por la mayoría de los conductores, al punto de que si la calle no tiene separación central a veces hasta se da el riesgo de enfrentar al que circula por la otra mano. Y ese irrespeto a la senda se advierte también con frecuencia cuando en un semáforo se debe, con la “verde”, girar a derecha o izquierda: unos vehículos cambian súbitamente de senda con riesgo para los demás (v.gr.: Bvar. España y Rambla, en Montevideo). Otra falta frecuente: si varias filas de vehículos circulan simultáneamente en igual sentido, es común que aquél que advierte que el coche de adelante reduce su velocidad, o se detiene, de inmediato cambie de senda, aunque por aquella que toma circulen otros vehículos, con el consiguiente riesgo. Muchas otras faltas sería posible comentar, pero basta con agregar la mala costumbre de detenerse en mitad de la ruta cuando se desea girar para tomar otra ruta hacia la izquierda, lo que traba a una larga cantidad de vehículos. Y es frecuente y grave el adelantamiento indebido en ruta, incluso en lugares en que está allí prohibido por la señalización. También el exceso de velocidad. Y son frecuentes, y hasta graves, las transgresiones que cometen peatones y ciclistas. P
Por ello quien escribe ha pensado, y lo sugiere a Unasev e Intendencias Municipales, que mediante la TV organicen programas en los cuales se difundan, con ejemplos claros, las prácticas indebidas más comunes, lo cual contribuirá a que muchos conductores y peatones adviertan las barbaridades que frecuentemente hacen. Así será posible que muchos corrijan su forma incorrecta de conducir, y no sigan contribuyendo con malos ejemplos a la creciente violación de las normas.
Si es cierto lo que se decía años atrás, que “el buen conductor es el que menos molesta a los demás”, por vía de intensificar las enseñanzas y explicaciones a los conductores con seguridad se podrá ir hacia un mejoramiento del índice actual de inseguridad vial a través del progresivo conocimiento y aplicación de las normas del tránsito, aunque lamentablemente tal educación requerirá mucho tiempo.