Locales | 29 Ago Preguntas sin respuesta
¿Hasta cuándo? Nos preguntamos todos… La respuesta no llega y la maldita inseguridad sigue acechando a pasos agigantados por las calles de nuestra ciudad, con manos que enlutan familias y destruyen lo que encuentran en su camino, provocando un terrible daño psicológico que genera una sola cosa: miedo.
A ustedes dos les hablo, les pregunto, después de lo que hicieron, ¿la conciencia los deja dormir? ¿Sus padres podrán dormir tranquilos? Destruyeron toda una familia, dejaron hijos sin madre, padres sin hija, un esposo desolado, buscando una respuesta y un porqué a todo. ¿Por qué tenían que pasar justo ustedes por el mismo lugar que ella?; ¿por qué se pusieron en su camino, impidiendo de la forma más cobarde que ella regresara a su hogar donde toda una familia la esperaba? Qué distinto sería todo si las leyes cambiaran y en vez de 3 meses pasen el resto de sus vidas en la cárcel después de comprobado un crimen, cosa que podrían hacer nuestros legisladores, que en vez de pelearse por un lugar para sacarle el jugo al Estado deberían ponerse a modificar algunas leyes, y a aquellas personas que defienden los Derechos Humanos de estos reos que piensen en nuestros Derechos Humanos.
Porque no es la primera vez que ustedes dos y otros tantos arrebatan a la gente con resultados muy conocidos: “daño psicológico, lesiones y hasta la muerte a las víctimas”.
A todos dañan, de la manera más vil y canalla que pueden tener y ¿saben qué?… Bestias como ustedes deberían desaparecer de la faz de la Tierra, son unos canallas, cobardes, sólo Dios sabe el castigo que les depara.
En nombre de Él, pido que todos colaboremos con la Policía, sí, con la Policía, y la Justicia ya es hora que dejemos de pensar con el famoso dicho “no te metas”. Es un compromiso que tenemos que asumir todos y colaborar con esos policías que trabajan horas y horas, que son padres de familia, como somos todos, y ellos se sienten más impotentes que nosotros tratando de aclarar este crimen y cuando lo aclaran, las leyes dicen que se lo deben entregar a sus responsables (¿Quiénes son los responsables?).
Y ustedes dos ¿saben en qué se convirtieron? De arrebatadores se convirtieron en homicidas, porque lo que hicieron es un crimen.
Y me pregunto ¿hasta cuándo tenemos que seguir caminando entre la gente con miedo, mirar a todos con desconfianza, por culpa de ustedes y de la inseguridad que siembran por las calles en cada paso que dan? Solo espero que si la Justicia del hombre no los alcanza, que sí los toque la Justicia Divina y que cada 24 de agosto se arrepientan de haber nacido. Romina, que haya paz en tu tumba.
María, C.I. 3.554.259-8