Opinion | 07 Sep Hoy comienza una nueva edición de la Feria Departamental de Clubes de Ciencia, una actividad anual en la que participan escolares y estudiantes de la Enseñanza Media de todo el Departamento que, orientados por sus maestros o profesores, exponen sus investigaciones en distintas áreas del quehacer científico.
En las ferias de este tipo uno encuentra cosas muy interesantes y disímiles que van desde investigaciones de las ciencias sociales hasta cuestiones complejas en la creación de productos o diseños de aplicación tecnológica de cierta complejidad.
La actividad es realizada por el Programa de Popularización de la Cultura Científica del Ministerio de Educación y Cultura, y no se trata de una mera competencia sino también una oportunidad de mostrar lo que, con creatividad, se puede realizar con la base de los programas de estudio de cada nivel. Incluso, hay desarrollos de estudiantes de Enseñanza Media que han interesado a empresas por tratarse de nuevos procedimientos o instrumental para el desarrollo de sus tareas, lo cual representa una motivación extra para los estudiantes.
La instancia departamental es clasificatoria para la Feria Nacional de Ciencia, que se realiza cada año en distintos departamentos. A su vez, alumnos que se destacan con sus trabajos en esta última, han tenido la posibilidad de representar al país en ferias de ciencia realizadas en el exterior. En esos casos, el hecho de ser embajadores de la juventud uruguaya con similares inquietudes y el viaje en sí mismo resultan más que recompensa para cualquier inicial inquietud áulica. No obstante, lo más significativo es la experiencia adquirida y el despertar de las ganas y quizás hasta alguna vocación por la investigación.
Un país que no apueste al desarrollo científico seguramente verá complicadas sus posibilidades de desarrollo al depender siempre de innovaciones científicas y tecnológicas del exterior que suelen ser muy caras y no siempre útiles a la hora de resolver los problemas locales. Es en ese sentido que los clubes de ciencia son un semillero de inquietudes y hasta quizá de futuros científicos.
En consecuencia, resultará más que alentador que desde el Estado pero también el sector privado se apueste fuerte al desarrollo de estas actividades y proyectos en aras de ofrecer a nuestros niños y jóvenes una imagen mucho más cercana y vital de las ciencias.